CAPÍTULO DIECIOCHO Ceres Podría haber tomado para ella cualquier habitación del castillo pero, en cambio, estaba en los viejos aposentos de Thanos, mirando como si aquello fuera el paisaje de un extraño país. Nada de aquello tenía sentido y todo hacía daño. ¿Realmente la quería tan poco? había empezado con Estefanía casi tan pronto como ella se fue. La había dejado embarazada. ¡A Estefanía! Si hubiera sido cualquier otra… bueno, seguiría estando mal, pero no hubiera sido ella. Y aquello no le hubiera sugerido a Ceres que Thanos era una cara bonita lejos de ser todo lo que los otros nobles del Imperio habían sido. Apenas escuchó el golpe de la puerta, aunque había sido un puñetazo seco. Al girarse, vio que Akila entraba en la habitación. “Por la forma en que atravesaste a toda prisa el