POV María No sé donde estaba mi mente, solo sé que me quedé perdida en sus ojos, como si toda cordura hubiera salido de mí, e inconscientemente, pegué mi nariz a la suya. No puedo negar lo evidente, este hombre es extremadamente atractivo y destila pura testosterona, lo cual produce en mi entrepierna una ligera presión. Pax mira mis labios, luego a mis ojos, busca ver el deseo en mí, cuando lo descubre, coloca su mano detrás de mi nuca y me besa con pasión, mis manos van directo a sus pectorales, y a su hombros, de donde no quiero dejar de tocar. —Mírame, María… —murmura contra mis labios, abalanzándose sobre mí en la cama, mientras no deja de besarme con tanta hambre, devoción, necesidad y otras cosas que ni puedo mencionar, no porque no quiera, sucedía porque no podía pensar en otra