Luego de una conversación larga en donde descubrimos un poco más del otro, tengo esta sensación de que no solo he soltado parte de lo que guardaba, es como aligerar el peso en mi pecho. El evento culminó, y como era de esperarse, María había mirado todo con una expresión diferente. Podiamos comparar nuestros rostros y yo siempre tendría esta posición de seriedad, mientras que ella sonreía, se asombraba, se volvía incrédula, entre otros gestos que no pasaban desapercibidos. Ambos somos lo contrario al otro, pero… Solo existe un momento donde mis facciones se relajan y eso ocurrió cuando la vi dormir tan relajadamente, cuando ella misma dijo que no tenía sueño. Le dije que, si estaba cansada, podía ir a la habitación y dormir, en lo que yo conversaba con algunos conocidos, mas no sé que pa