Me entregué a él por amor. Le entregué mi inocencia, mi virginidad y mi amor completo en una sola noche. Me entregué en cuerpo y alma a sus promesas, palabras y suspiros de amor. Dolió un poco, si, pero fue solo un momento para despues dar paso al placer. Gocé, si...claro que si gocé. Pero después, él tuvo que irse por un viaje de negocios, nada raro pues él es un comerciante joven muy exitoso. Y esperé. Todos los días me sentaba en la misma banca de la hacienda de mi padre donde me declaro abiertamente su amor y deseo por mi. Pasaron los días, despues las semanas y cuando se cumplieron tres meses estaba segura que no regresaria mas. Justo como mi periodo, el cual rogue a todos los santos y entidades supremas porque regresara. Y entonces, llegó. Mi padre y madre me enseñaron muy