DIECISEIS Caitlin volvió a revisar su celular. Era la una de la mañana y acababa de enviarle un mensaje de texto a Jonah. No había tenido respuesta. Quizás estaba dormido. O tal vez estaba despierto pero no quería volver a saber nada de ella. Sin embargo, tratar de comunicarse con él era lo único que se le ocurría que podía hacer. Cuando se alejó de los Claustros y percibió el aire fresco de la noche, su mente comenzó a aclararse. Cuanto más se apartaba de aquel lugar, mejor se sentía. La presencia de Caleb y su energía dejaron de influir poco a poco en ella, y de pronto, sintió que podía volver a pensar con claridad. Por alguna razón, mientras estuvo con él le fue imposible pensar por sí misma. Su presencia era tan absorbente, que de hecho, le era inevitable pensar en nada o nadie más.