Algo sucedió entre el príncipe heredero Jonás Audrey el duque Gideon Aldrich, era obvio. Y preguntar sobre ello dejaría a Silvana en una posición desventajosa. El duque Aldrich miró al emperador con cierta soberbia – majestad, alteza, felicidades por su aniversario de bodas – los felicitó y miró al hombre que lo acompañaba llevar una caja – de parte de mi familia. La emperatriz envió a su mayordomo para observar el interior de la caja que contenía un jarrón blanco con decorados rojos y azules – es un hermoso detalle. El emperador miró el jarrón de reojo – su presencia es más importante, ahora que está aquí, disfrute de la comida. – Gracias majestad, pero tengo que irme, no he estado bien de salud y es un viaje largo desde el territorio Aldrich, les deseo una buena velada – tomó la copa