Acostada en mi cama, me quedo mirando al hermoso cachorro de pelaje n***o con embeleso y atención. Es sumamente regordete, sus orejitas son tan suaves y esponjosas, al igual que sus patitas que no quiero dejar de tocarlas. No para de morderme la manga de mi suéter, incluso, ya le ha abierto varios agujeros, pero no puedo regañarlo. «No cuando me mira de esa manera tan tierna» Sus ojos negros brillan, al igual que su liso pelaje corto. De todos los perros para mascotas que existen en el mundo, solo a Ares se le ocurre obsequiarme una criatura como esta. Le dije que me gustaban los perros grandes, pero en mi mente me imaginaba uno con apariencia más delicada y hasta peluda. No este pequeño que justo ahora se ve tan cuchi, pero que dentro de unos años será la viva imagen del peligro, a pes