ESPECIAL PARA MI

2274 Words
NARRA JULIÁN —Bienvenida nuevamente Luz, te presento a mi hija Elena. ¿Creo que ya se conocen verdad? — dice el señor que nos recibe señalando a su hija. Luz los saluda para luego presentarme. —El es Julián Galeano, un amigo de la familia. Julian ellos son Raúl y su hija Elena. — les saludo y sonrío amablemente mas cuando toque su mano sentí algo agradable. Elena está con sus mejillas sonrojadas. —mu.. mucho gusto. — me responde tartamudeando, así que suelto su mano. —Bueno vamos, que se nos hará tarde y agarrar el tráfico hasta allá. — dice el señor Raúl el cual me mira bien serio, creo que noto el intercambio de gestos que tuve con su hija. Tomamos nuestras maletas y caminamos hacia el auto, durante el camino a la casa Elena se ofreció en darnos un recorrido por la ciudad más a el rato. Ella va sentada detrás de mi en el auto. Su dulce voz es muy intrigante. Como dijo mi conciencia siento que ella me va a ayudar a sacar a Luz de mi mente y mi corazón. Tal vez no me enamore de ella, pero podría intentarlo es una joven muy hermosa. Al fin y al cabo no necesita saber lo que siento por Luz y no podría perder nada intentando ver donde me lleva esta loca idea en mi mente. Trataré de conquistarla lo haré poco a poco. Llegamos a la casa, Luz me dio a elegir una habitación en la planta de arriba ya que ella se quedará con la de abajo. Así fue, me ubico sacando mis cosas de la maleta y tomo una ducha. Al llegar la noche salimos a dar una vuelta por la ciudad, con Elena de guía. Luz dice que tiene hambre así que Elena sugiere un parque donde se colocan puestos móviles de comida y yo solo sigo instrucciones sobre que calle tomar. Claramente pudimos haber utilizado el GPS del auto o del teléfono, pero Elena se veía muy feliz guiándome por que calles tomar y no se si es por el horario, pero las calles estaban bastante transitadas un punto menos a esta ciudad por eso. Una vez que llegamos cada uno pidió su comida a el gusto. Luz y yo nos fuimos a el puesto de tacos nos dieron nuestra orden y yo pedí salsa roja extra. —Deberías tenerle un poco de respeto. Se ve muy inofensiva, pero es realmente picante. — me dice Elena ya que estoy poniéndole demasiada salsa roja a uno de mis tacos. —No te preocupes me gusta lo picante. — le respondí restándole importancia. Ella se encoge de hombro sin dejar de verme. —Que conste, yo trate de advertirle. — le dice a Luz y siguió dándole una mordida a su sándwich. Yo le doy una mordida a el taco en mi mano y empiezo a sentir el ardor en mi lengua y es bastante fuerte. Trato de aguantar un poco disimuladamente tomo de mi refresco, pero no pude evitar empezar a toser el chile estaba muy fuerte y sentía que me estaba quemando hasta mis fosas nasales ya que hasta un leve congestión empezó a descender de ella. Mis ojos ardían. Las dos parecieron darse cuenta intercambiaron miradas y empezaron a reír. Más no ven que me estoy casi quemando vivo. Las fulminó con la mirada luego Elena me da un sobre de salsa ketchup. La miro con mi ceja alzada. —Toma, trata de tenerla un momento en la lengua. Hasta que la picazón haya bajado y luego le das pequeños tragos a tu horchata y has lo mismo, deja que refresque tu lengua un momento. — me dice con tranquilidad ahora. No me queda más que hacerle caso y voy sintiendo algo de mejoría en esta picosa situación. Cuando estoy mas tranquilo no puedo evitar reírme por lo que me pasó hace un momento. —Definitivamente, tenías razón esta salsita es de respeto. Mi madre prepara una parecida solo que ella le agrega tomate, por eso no pica tanto. Esta, está preparada con puro chile habanero. — les digo ellas se ríen ya que decidí volver a meter la bolsa con la salsa de vuelta a la bolsa de donde la saque. Después de la casi mortal cena dimos una vuelta por la ciudad. Y luego pasamos dejando a Elena a su casa. Cuando llegamos a la nuestra empiezan a sonar los teléfonos. —Hola mamá. — decimos Luz y yo casi en al mismo tiempo. Nos quedamos viendo y nos reímos, para luego cada uno irse a su habitación y poder hablar con su respectiva madre. Cuando termine de contarle a mi madre sobre mi llegada aquí me dice que me extraña y se pone un poco sentimental y la entiendo pues ella está embarazada y es la primera vez lejos de ella en toda mi vida. Y no puedo sentirme mal mi madre es una mujer muy importante en la vida de todos. Así fueron pasando los días, iba a la universidad y acompañaba a Luz cuando era necesario en especial sus visitas médicas las cuales eran cada dos semanas. Conocí personas geniales en ese lugar. Si, geniales para mi son personas centradas que ponen sus estudios antes que la diversión. Hoy se cumple un mes desde que llegamos aquí y Elena se a vuelto mi prioridad en los últimos días hemos salido a tomar un café donde ella trabaja por las tardes. A el cine y es una chica muy interesante jamás me aburro con ella ya que tiene una personalidad bien explosiva muy diferente a la mía. Eso me hace sentir más atraído a ella más aún no siento la química que me gustaría. Luz aún no sabe que salimos, pero eventualmente se enterará. —Gracias por traerme a casa Julián, ¿te veré? — me dice Elena cuando estacione fuera de su casa. Ya que hoy me ofrecí a pasar por ella después que terminara su turno en la cafetería. —De nada preciosa, cuando gustes. — le digo, ella me queda viendo a los ojos y luego ve mis labios no puedo evitar ver cómo se muerde su labio inferior. Me acerco a ella quedando frente a frente ella no se aleja de mi. Tomo su mejilla por con mi mano y la traigo hacia mi para besarla. Es un beso suave que ella corresponde muy gustosa. Y debo de admitir que deja muchas sensaciones en mi esté beso. Escuchamos que tocan la ventana y nos separamos rápidamente. Vemos que el padre de Elena está fuera del coche esperando que ella salga, está con cara de pocos amigos. —Gracias por traer a mi hija Julian. Buenas noches. — Me dice el señor Raúl cuando ella baja del auto. Yo asiento con mi cabeza, el señor entra de nuevo a su casa y Elena lo sigue detrás antes de llegar a la puerta se voltea y me da las gracias nuevamente y me hace señas que me llamará. Con eso cierra la puerta y yo pongo el auto en marcha nuevamente, y ese fue mi primer beso con Elena fue suave, bonito, correspondido e interrumpido por su padre. Espero poder encontrar con ella todas las sensaciones que sentía hacia Luz. Así nuevamente los días se fueron convirtiendo en semanas y por ende en meses. Luz terminaba su semestre por adelantado hoy. Mañana regresaría a la vida de Tiago y yo tenía que dejarla ir del todo, darle esa convicción a ella que de mi parte no se sintiera mal. Aunque no fuera del todo sincero ya que aún siento algo por ella. Y convivir con ella todos los días hace todo más difícil. —Estas consciente que me dejas solo en esta casa. — le digo sonando triste. —No te preocupes te dejaré niñera. — me dice haciendo que yo frunza el ceño al escucharla. —No necesito ninguna niñera. Me hubiera gustado poder ir contigo. Y estar ahí para la celebración del aniversario de mis papás, pero tengo un trabajo súper importante que entregar y un examen que presentar. ¿Y sobre la niñera a quien te referías? — le pregunto con sus ojos brillantes y una ligera sonrisa, ya que se de quien habla. —A la única que te aguanta y creo saber las razones. Hablo de Elena. — me dice de un solo yo me atraganto con el jugo que estoy bebiendo. No me esperaba que lo dijera. —Si ya se que te pone nervioso. — me dice yo la veo sin decir nada. —Mira Julián, agradezco todo lo que has hecho por mi incluido el que estes aquí. Cuidándome a mi y a tus sobrinos y tus sentimientos por mi. Sabes que está demás decir que no puedo corresponderte en lo absoluto. Y es por eso que te pido que te des una oportunidad con Elena. Ella está enamorada de ti y se que tú te pones nervioso cuando ella está cerca desde que la conocimos hace dos meses. Solo dale la oportunidad de que se acerque a ti y te conozca. — me dice tomando mi mano. La veo a los ojos y empiezo a hablar, sabía que este momento tendría que llegar. —Para serte honesto cuando conocí a Elena y lo que hemos compartido con ella en especial los primeros días. Me sentía confundido, no sabía lo que sentía por ella o por ti. Creo que tienes razón contigo ya no siento esa pena al hablar, o al verte. Te he escuchado hablando con Tiago y no me siento celoso. En cambio con Elena es todo lo contrario siento que mi corazón se quiere salir de mi pecho al tenerla cerca. Una vez que me fui a una fiesta de una fraternidad en la universidad y volví a la casa, la vi a ella saliendo de tu habitación. Te juro que pelee con mis demonios para no robarle un beso. Y luego me arrepentí de no haberlo hecho. — le digo rascándome la parte de atrás de la nuca, tratando de sonar lo más sincero o no dejando ver que algo de lo que digo es una mentira, bueno es una mentira a medias aun no siento eso por Elena, pero que ella hable con mi hermano durante la noche no me afecta para nada. —Me alegra mucho por ti Julián. Date esa oportunidad de conocerla, saber que le gusta, y todo lo que quieras saber de ella y ella de ti. Bueno me voy que se me hace tarde y es mi último examen. — Me dice levantándose al igual que yo y camino a abrazarla. —Gracias, por el consejo lo tomaré muy en cuenta. Ahora ve y has tu examen que luego iremos a comprar unas cositas para que les lleves un regalo a las bebes de mi mamá y mi hermana. — ella asiente, caminamos juntos hasta llegar a su auto. Le doy un beso en su mejilla y ella entra en el y sale rumbo a la universidad. Sentí que en ese momento un lazo que tenía con ella se rompió y ver el auto cada vez más distante me hizo darme cuenta que acabo ya de dejar ir por completo cualquier posibilidad de estar con ella. Entro de nuevo a la casa voy a mi habitación subí algo rápido ya que mi teléfono está sonando. Veo y es Elena. —Buenos días Preciosa. — le digo tratando de sonar alegre. —Hola mi Niño. ¿Será que podré verte hoy? — me pregunta y no se que contestarle ya que tenía planeado pasar todo el día con Luz. Omitamos eso de mi Niño. Me dice así porque somos casi 11 meses de diferencia ella es mayor, y dice que soy como su bebé por ser más joven, aunque ella físicamente parece de dieciséis y no veintiuno. —No creo poder hermosa, Luz se va mañana y vamos a ir de compras más al rato, prometí mandar regalos y los iremos a buscar cuando luz salga de la universidad. ¿Podríamos vernos hasta mañana? — le pregunto tranquilamente, se que ella no se enoja ni nada pues ella también tiene sus estudios y su trabajo y algunas veces me a rechazado invitaciones por no tener tiempo. En más de alguna ocasión ella se a quedado a dormir en la misma casa y nunca le he pedido ni ella que durmiéramos en la misma habitación. —Si guapo, no te preocupes me parece bien. Te veo por la noche igual pasaré por su casa para despedirme de Luz. — me dice ella siempre con su actitud positiva. —¿Te parece si vamos a un club? Ayer me dijiste que tenías ganas de salir a bailar. Por mi podríamos ir mañana si quieres. Me quedaré solito a partir de mañana. — le digo ella no me responde de inmediato. —Está bien guapo. Te veo mas al rato. Te quiero. — me dice para luego colgar. Sin esperar mi respuesta. ¿Escuche bien? Me dijo te quiero. Jamás me habían dicho te quiero y pues si acepto soy un hombre de 20 años sin experiencia, tengo mi tarjeta V aún en el bolsillo. Solo besos fugaces con alguna que otra chica del colegio. Y las devoradas que me doy con Elena. Luz siempre estaba en mi mente al momento de relacionarme con una chica. Más con Elena, Luz nunca viene a mi mente. Es como si Luz no existiera y eso es lo que hace Elena tan especial para mi.
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