Capítulo Trece

1443 Words

Cassandra Después de una larga sesión de juegos perversos me encuentro descansando mientras Rogert me de un relajante masaje en la espalda con un cinturón de castidad ajustado a su cintura del cual se extiende un caparazón metálico que encierra su prominente masculinidad bajo un candado de extrema seguridad, esto evita que tenga una erección mientras masajes mis músculos, necesita disciplina y concentración para lograrlo de lo contrario le dolerá y yo tendré que disfrutar castigándolo y muero por hacerlo compre una nueva fusta que quiero probar con él, es de cuatro puntas pero este lleva unas pequeñas bolitas de metal con pequeñas púas que se encajan en la piel al tener contacto, no causa daños físicos permanentes pero el nivel de dolor aumenta y con eso el placer solo no se si sea capaz

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