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Isabella Turner 2° Parte

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Blurb

Entrego su corazón al único hombre que logro traspasar las barreras que años de sufrimientos la habían obligado a levantar a su alrededor, pero una vez más la vida la golpeo de la peor manera. Alexander Castle jugo con sus sentimientos, pisoteo su maltratado corazón cuando la humilló de la forma más despiadada. En el momento que ella más lo necesitaba.

Huyo de él, pensó que quizás con la distancia de por medio lograría dejar de amarlo pero no contaba con que en su vientre llevaba el recordatorio de que él había sido el primer y único hombre en su vida. Su único amor.

Después de cinco años alejada, ella deberá volver para pelear por la herencia de su padre y afianzar alianzas comerciales con la empresa del hombre que nunca ha dejado de amar. Pero no regresara sola.

¿Podrá Isabella hacer de lado sus sentimientos cuando este frente a frente al padre de su hijo o se dejará doblegar por su hipnotizadora mirada?

Ella deberá tomar la decisión de su vida.

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Capítulo Uno
Isabella Tantos años lejos del lugar donde fui tan feliz por unos cuantos segundos. Segundos que se volvieron tan efímeros, para luego hundirme en el más profundo de los sufrimientos, los dos hombres más importantes en mi vida destrozaron mi corazón, si no fuese porque necesito darle el perdón a mi padre antes de que muera no regresaría nunca. Hace cinco años me marché de allí con el corazón destrozado pensando en acabar con mi vida, pero una muy hermosa sorpresa que ahora me dice mami me salvo de cometer una locura y me dio motivos para luchar. Por él, es que he logrado sobrevivir estos cinco años. La única razón por la que regreso es mi papá, el primer hombre que destrozó mi mundo por creer en las mentiras de una mujer que odio con toda mi alma, la imagen de ella revolcándose con el padre de mi hijo la llevo muy bien grabada en mi mente, el recuerdo de ese día no me deja dormir tranquila, sus gemidos de placer los escuchó como si aún estuviera viviendo el mismo momento a cada instante. Por su culpa casi pierdo a mi hijo, no puedo creer que Andrew estuvo dentro de mi nueve meses y sea tan idéntico a su padre, tiene el mismo color de ojos y cabello, solo en su personalidad se parece a mí aunque hasta en eso está presente también él, suele ser obstinado cuando quiere algo, mi pequeño terremoto. Gracias a Dios no le ha hecho falta nada, yo le doy todo el amor que perdí el día que mi madre murió. Estoy consciente de que en algún momento me hará la pregunta mágica y no sabré que decirle, no soy capaz de mentirle a mi hijo y mucho menos podré destrozar su pequeño mundo con las verdades tan crueles que forman parte de mi pasado. ¿Cómo decirle a tu hijo que su padre es un poco hombre que no supo valorar los sentimientos de su madre? Rogert, me ha dicho muchas veces que he cometido un grave error al alejarme sin permitir que Alexander me explicara su versión de los hechos, él ha querido contarme como fueron las cosas según él, pero siempre lo detengo, no me interesa escucharle decir que su jefe solo quiso pasar el rato conmigo. A pesar de que nuestra amistad se ha fortalecido en estos cinco años la verdad es que no sabe nada sobre mi hijo, el primer año fue fácil, ya que él no pudo volver hasta después de dos años, cuando ya Andrew tenía año y medio, fue fácil ocultarlo porque ya tenía una casa con patio y nada más utilizo el apartamento cuando Rogert viene, sin embargo, ahora que voy a volver debo llevarlo conmigo y es muy probable que todo el mundo se entere de su existencia, esperó poder seguir manteniéndolo oculto, no quiero que Alexander por odio me lo quiera quitar. —Isabella, ya tengo los boletos son para mañana en la tarde así que tenemos tiempo de sobra para dejar todo organizado —escucho que dice Fernando entrando a la estancia. —Perfecto llegaremos de noche, y ¿Tenemos casa o apartamento? —pregunto al tiempo que un sutil beso es depositado en mis labios. Desde el primer momento Fernando se enamoró de mí o al menos eso es lo que él dice, únicamente yo no he podido enamorarme de la misma forma y no porque no sea atractivo, Fernando es alto de mirada oscura y muy profunda, piel morena su cuerpo esta muy bien formado y tiene una forma de tratarme que cualquier mujer envidiaría. Pero a pesar de todo eso mis sentimientos hacía él son única y exclusivamente de amistad. —Aún no comprendo por qué no quieres ocupar tu antigua casa —comenta con curiosidad. —No quiero que los recuerdos que guardan sus paredes vengan a joderme, solo compláceme por favor —hago un puchero que siempre consigue convencerlo. —Lo que la mujer más hermosa del mundo pida —decreta abrazándome por la espalda. —Eres un romántico —digo sintiéndome cómoda entre sus brazos, si tan solo pudiera amarlo como se merece. —Por ti soy lo que quieras amore mío —siento sus labios desplazarse por mi cuello mientras reparte tiernos besos que no provocan nada en mí. Sus manos viajan al cierre de mi vestido y lo empieza a bajar lentamente esperando mi reacción, intento no rechazarlo, pero mi cuerpo se niega a responder a sus caricias y sus besos. No logra despertar la pasión que se desbordaba de mi cuerpo cuando eran las manos de Alexander las que me acariciaban. Fernando me ayuda a salir del vestido cuando este ha caído al suelo y se concentra en mis senos, me lleva hacía el sillón donde me tumba boca arriba para seguir con su ataque sensual, mientras sus labios se ocupan de mis senos una de sus manos viaja a mi centro que está tan seco como el desierto frota intentando estimularme, pero solo siento incomodidad, una vez más obedezco a mi cuerpo quitándome a Fernando de encima para incorporarme e ir por el vestido. —Lo siento, no puedo — digo saliendo de la estancia. Voy por mi hijo que está jugando con Mary mi asistente del hogar, en el jardín. Mi hijo es mi vida ver esa sonrisa en su dulce carita cada día me llena de energías, por él me convertí en la mujer que siempre admiré, una que no corre detrás de nadie ni se deja doblegar por nada. El recuerdo de cuando me entere de que estaba embarazada es un momento que jamás olvidaré, pensé en abortar no quería nada que me vinculara con el hombre que dejo las peores cicatrices en mi alma, pero por arte de magia o quizás fue una señal de Dios, escuche la voz de mi madre hablándome de la maravillosa experiencia de ser madre, de ser el mundo completo de un ser inocente. Recuerdo que la enfermera que dejo Rogert encargada de mi cuidado me estaba ayudando a asearme cuando un sangrado abundante se presentó manchando las sabanas de la cama, me desesperé por no saber lo que ocurría la enfermera de inmediato llamo al hospital y pidió una ambulancia que llegó en tiempo récord, me tomaron muestras y el resultado fue cinco semanas de embarazo, pero por mi estado frágil tenía que guardar reposo absoluto, pase los dos primeros trimestres en una cama de hospital que me permitía sentarme ligeramente, Katy mi enfermera se encargaba de que mi piel estuviera bien limpia para evitar las escaras, ya que no podía moverme ni levantarme, mis costillas no habían sanado del todo y el doctor temía que con algún mal movimiento se volvieran a fracturar perforando mis pulmones en ese caso la vida de mi hijo se vería comprometida, si eso llegase a suceder lo sacarían de mi vientre para que yo pudiera recuperarme. Es por eso que puse de todo mi empeño para sanar rápido, por suerte mi vientre no creció tanto apenas si se me notaba, lloré como una tonta cuando sentí la primera patadita fue la sensación más hermosa de todas, luego vinieron las benditas contracciones, llegué a creer que me quedaría sin dientes de tanto que los apretaba cada vez que me venía una, de pronto el alivio llegó y con el alivio el primer llanto de mi bebé que lloró a todo pulmón, una inmensa felicidad que no me abandona desde ese momento es mi sostén diario. —Mami, mami ven a juegar conmigo a la perota —chilla mi niño corriendo azorado hacia mí cuando salgo al jardín. —Mi amor, pero que sucio estas, ¿jugaste con arena? —pregunto al tiempo que me agacho para quedar a su altura. —Shi, Mai dijo que podía hatelo —explica señalando a mi amiga. —Está bien mi amor, ven vayamos con Mary, ¿Quieres? —Extiendo la mano esperando a que la time. —Shí mami —dice echando a correr de nuevo para llegar antes donde esta Mary. —¿Cómo se ha portado este pequeño torbellino? —le pregunto a Mary cuando he llegado a su lado. —Muy bien como siempre Isabella, Andrew, es un niño muy bien portado —dice Mary observando a mi hijo. —Mary, mañana nos iremos de viaje no sé por cuanto tiempo, pero espero que sea poco. Me gustaría que me acompañarás si estás dispuesta —comento sin dejar de ver lo que hace Andrew. —¡Señora, me encantaría seguir trabajando para usted! —exclama entusiasmada al tiempo que le lanzo una mirada asesina, no me gusta que ella marque esa distancia de amo y sirviente entre nosotras cuando ella sabe bien que cuenta con toda mi confianza y simpatía. —Ya te he dicho que soy Isabella, tú prácticamente eres la segunda madre de mi hijo, sin tú ayuda no hubiese podido lograr sacar a Andrew adelante —digo recordando lo débil que quede después del parto, a los nueve meses de embarazo mi cuerpo aún no se encontraba tan fortalecido como es debido para llevar a término un embarazo. Tuve que tomar algo de rehabilitación física porque mis piernas y brazos habían perdido la fuerza por solo estar en cama. —Lo siento Isabella, fue la emoción ¿A que hora debo estar lista? —pregunta y estoy segura de que en lo que sepa la hora saldrá corriendo a preparar la maleta para no olvidar nada aunque a la final siempre se le queda algo. —A las tres de la tarde saldremos rumbo al aeropuerto, la salida es a las cinco. Mary antes de que salgas corriendo como una loca ¿Podrías por favor traernos unas limonadas? —pregunto solamente para hacerla sufrir con su impaciencia. —¿Puedo primero hacer las maletas? —ruega. Niego e insisto con las bebidas —. A veces me caes mal, no te apiadas de mí —dice poniendo los ojos en blanco. Se va por las bebidas mientras yo dejo salir una risilla de burla. Cinco minutos después regresa con las limonadas y una cara de puchero que me causa gracia. La dejo ir a su alcoba para que aliste sus cosas, esta noche de seguro no nos deja dormir a ninguno me río por lo bajo por lo loca que esta Mary. —Mami, mami mila lo que enconte —la voz chillona de mi vida me saca de mis pensamientos. —¿Qué encontraste mi amor? —curioseo. — Mami, mila es para ti —dice extendiendo su manita hacia mí con una piedra. —A ver que es, es una piedra —como todas las demás. Me pregunto si a todas las madres le sucede lo mismo con sus hijos. —Es monita como tu mami —todo lo que consigue en el jardín siempre es tan bonito como yo, como la rana que consiguió hace unos días, me sentí como la bruja del cuento. —Es hermosa mi amor, gracias la voy a guardar mi vida, ahora ven y toma un poquito de limonada no quiero que te deshidrates, por tanto, correr —en lo que se distraiga en algo más dejaré la piedra en su lugar o tal vez me la lleve como recuerdo. —Andrew mi amor, ¿Te gustaría ir vacaciones? —fijo la mirada en él para no perderme su reacción. —Si, vamo al mar mami —desde que vio el mar en una película se ha empecinado con conocerlo, tal vez podamos ir luego que vea a mi padre. —Está bien mi amor prometo que iremos a ver el mar luego de que mami haga algo muy importante, vamos a ver a tu abuelito —confieso. Sus hermosos ojos se iluminan. —¿Tengo un aguelito ma? —pregunta con ilusión. —Si y una abuelita y una tía que se llama Cassandra — le explicó mientras él escucha con mucha atención. Pone la misma cara de seriedad que su padre cuando está revisando documentos relevantes. Alexander siempre está presente en mi vida sin importar que tan lejos huya, siempre su recuerdo me alcanza.

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