Nueva técnica

1402 Words
—Kagome—miro y no hay nadie—Kagome—vuelven a susurrar. —¿Quién me llama?—hablo, pero no obtengo respuestas, trato de ver algo en esta horrenda oscuridad pero es imposible. —Kagome—vuelven a llamar. —¿Quién eres?—pregunto cuando veo aparecer a una mujer con traje de armadura muy hermosa. —Me llamo Midoriko—responde ella. —¿Dónde estoy?—pregunto cuando la oscuridad desaparece y da paso a un lugar lleno de arboles verdes. —Estás en el bosque Kagome—responde Midoriko. —¿Qué hacemos aquí?—ella me mira y luego mira algo detrás de mi. —Presta atención a lo que verás—me doy vuelta y me veo a mi entrar al bosque, corro y corro hasta el árbol sagrado y me paro lentamente, cuando voy alzar la vista para ver lo que está mirando , todo se torna borroso y va desapareciendo—Kagome nunca lo olvides—escucho la voz de Midoriko—tu eres la única que puede acabar con el mal, purifica y no dejes que te consuma a tí, debes buscar tu luz dentro de tu propia oscuridad, hazlo por todos Kagome—y con eso todo desaparece. Despierto abrumada y al levantarme tan de prisa me mareo al instante, ¿qué fue ese sueño?, ¿quién es Midoriko? Con la palma de mi mano me restriego los ojos, me levanto de la cama y me duele todo el cuerpo, voy me baño rápidamente, relajando todos mis huesos, nada mejor que un buen baño. Me coloco un lindo kimono un tanto atrevido color rosado, con destellos negros y blancos manga larga, me hago una coleta alta con una cinta a color con el kimono, después que estoy lista bajo las escaleras y me encuentro el castillo solo, camino por los pasillos y no hay nadie. —Kagome cuanto tiempo sin vernos—habla una voz que hace que los vellos de mi piel se erizen al instante, me doy vuelta y me encuentro con esa mirada penetrante morada, es el niño de ayer. —¿Quién eres?—gracias al cielo mi voz salió muy amenazante y no atemorizada. —Veo que haz cambiado—sonríe de lado—me gusta esta nueva Kagome—me mira de arriba hacia abajo, y de abajo hacia arriba. —¿Quién eres?—vuelvo a preguntar cruzando los brazos. —Soy Hakudoshi—responde con una sonrisa arrogante—tu contrincante por hoy—camina y veo que saca un ¿arco? —¿Contrincante?, no quiero pelear hoy, en la noche es que pienso entrenar—él hace caso omiso a lo que he dicho y busca una flechas. —Veámos que tan buena eres kagome con el arco y las flechas—yo miro el arco como si hubiese salido de otro planeta, o por lo menos de otro siglo. —No sé usar esta cosa—levanto la manos sujetando el arco y las flechas. —Escúchame bien porque no repetiré —voy a protestar pero me da una mirada intimidadora para que me calle y lo hago. —Puedes comenzar a hablar—digo seca. —Naraku me pidió que entrene contigo—asiento con la cabeza callada—, pero yo no voy a ser sútil contigo —toma pausa y con su tipica voz fría habla—tienes poderes de sacerdotisa, podemos utilizar tu poder para muchas cosas, aparte veo que eres la primera en crear armas para pelear con su poder espiritual, te estaré atacando y tu tendrás que esquivarme o tratar de lastimarme, cuando no puedas ninguna de las dos cosas vas a utilizar defensa cuerpo a cuerpo—se levanta del suelo, que hasta ahora es que me doy cuenta que estaba sentado—vamos—asiento y salimos al patio del castillo. Narra Inuyasha Despierto temprano como acostumbro, veo a los chicos igual de despiertos que yo, el único que todavia duerme como tronco es Shippo, avanzo hasta él. —¡Hey enano despierta!—hablo dándole en la cabeza, este se queja de inmediato. —¡No me golpees bestia!—habla enojado y veo sus ojos rojos, ¿Shippo estaba llorando? —Enano, ¿estabas llorando?—él baja la mirada al suelo. —Extraño a Kagome, Inuyasha. ¿Cuándo volverá con nosotros? La extraño mucho, ella me abrazaría y besaría, me diría que todo va a estar bien, ella me cuida—se rompe en llanto—tienes que traerla devuelta Inuyasha, ella tiene que ser la Kagome de siempre—habla con la voz entrecortada y los ojos llenos de lagrimas, la verdad también la extraño. Sus risas, sus quejas, sus regaños, sus enojos conmigo, cuando cantaba, cuando nos hacia historias de su mundo, extraño todo de ella. —Shippo no llores, los hombres no lloran—le digo antes de que me una a él. —Seré fuerte para salvar a Kagome—me dice decidido y se marcha hacia donde están todos, yo me uno a ellos. —Inuyasha estuve pensando... —comienza a hablar Sango sentada con Kirara en sus brazos acariciándola y la gatita gustosa—Kagome te tiene en la palma de sus mano. —No entiendo sango—me acerco y me siento frente a ella. —Kagome solo tiene que decir usuwari y estaras besando el suelo, si se llega a enterar de que tiene esta ventaja habrá muchos problemas—lo que me hice es verdad, Kagome me tiene en sus manos. —Kikyo, tu hiciste el collar, ¿de qué forma puede destrozar el conjuro?—miro a Kikyo esperando respuestas. —El collar lo hice usando una gran energia espiritual, cada parte del collar esta bien purificada, solo la persona que haya dicho las palabras del conjuro tiene el poder en él, en este caso Kagome tiene el poder de romper el conjuro—todos asienten. —¿Y hacia donde vamos a comenzar el viaje?—pregunta Miroku. —Comenzaremos por el lado norte, creo sentir la presencia de un fragmento de la perla de shikon—nos dice Kikyo acomodándose. —Entonces vámonos—digo para empezar a emprender nuestro viaje. Narra Kagome Hakudoshi me mira como un lobo mira a su presa, yo trato de mantenerme relajada, pero se me hace dificil, estoy nerviosa. —Ataca—alienta Hakudoshi, levanto el arco y coloco la flecha, miro bien a donde pienso que quiero que vaya y la lanzo, esta no dá al punto que queria. —Maldición—susurro frustrada. —Vamos bien, pero puedes hacerlo mejor—alienta Hakudoshi, antes de que pueda reaccionar ya estoy estampada contra la pared—dije que te atacaría y tú tendrias que defenderte—lo fusilo con la mirada, me pongo de pie rápidamente tomo el arco y la flecha lanzándola hacia Hakudoshi, él la esquiva facilmente y yo siento otro golpe en mi espalda. Vuelvo a tomar el arco y coloco la flecha donde va, pero esta vez me concentro en dejar mi poder fluir, por reflejos veo a Hakudoshi lanzarse a mi y aprovecho ese momento para lanzar la flecha, esta esta sale volando en dirección a Hakudoshi rodeada de una luz rosada, Hakudoshi no le da tiempo de esquivar por lo que la fleja se entierra en su pie purificándolo. —Ya no voy a jugar Kagome, ahora vamos a pelear—me avisa antes de lanzar una patada que esquivo, vuelve a lanzar otra y tomo su pie mandandolo a volar. Hakudoshi se levanta y me mira con una sonrisa macabra. —Hasta aquí llegas Kagome—veo que hace un movimiendo mandando veneno por todos lados—¡muere!—grita Hakudoshi. —¡Reflejate en el espejo!—grito a todo pulmón sin saber bien lo que digo, una luz azul y rosada me rodea haciendo que todo el veneno se vuelva contra Hakudoshi, pero ¿qué diablos hice?, ¿acabo de inventar una nueva técnica? Solo sé que Hakudoshi quiere mi cabeza en estos momentos, o por lo menos la cara y la mirada que me da en estos momentos lo dicen y no parará hasta que lo consiga, solo me quedara pelear—¡allá voy!—grito y solo espero no morir, por lo menos no aqui...
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