. . . . . Se había acomodado perfectamente con nosotras y todos estos días llevábamos una rutina muy ociosa, pero juntos. Dejábamos a Nanna, nos íbamos de paseo, los días que me tocaba terapia él se quedaba en casa y luego me iba a recoger. Solo durmió un solo día en el sofá, ahora dormía en mi cama, junto a mi. Salí del baño mientras él esperaba con su pijama en sus manos, dejé la puerta abierta y él entró. No, Jonathan no tenía planes de irse y eso me alegra muchísimo, su compañía era demasiado especial, él era especial. Estábamos empezando una relación y era magnifico, un novio increíble. Se había acomodado en mi habitación, compró ropa y todo lo que pudiera necesitar, incluso cambió el sofá, según él por si le tocaba otra vez dormir allí. Estábamos leyendo un libro juntos, ob