. . . . . Me senté en el sofá y abrí una de las cervezas que quedaban, mientras Aurora caminaba de un lado a otro. —Oye, cálmate.—le dije.—Toma un trago de cerveza, ¿quieres un cigarro o algo? Ella rechazó todo lo que le ofrecí. —¿Cómo quieres que me calme? Todo este tiempo estuve al lado del hombre al que me arrojaste como carne al m******o. —Eso es viejo, Aurora. No tienes ni que mencionarlo, ha llovido mucho después de eso. —Pero eso no borra el hecho de que lo hiciste. —¡Si, si! También te habría matado si hubieras resultado una piedra en mi camino. ¡Es cierto! Pero también es cierto que ya no, las cosas no son así. —¿Cómo son las cosas ahora? ¿Sospechas de que Arnau es Arlen y me llamas para que lo invite a mi casa? ¡Diablos, Darek! No se quien está mas loco de los dos.