. . . . . . El timbre sonó y Nanna corrió para abrir. —¡No corras!—le gritó Vero, pero giró su rostro para verla hacerlo, le encantaba verla caminar a pesar de que ya llevaba un tiempo haciéndolo perfectamente. No se cansaba de verla. —Qué rápido llegó la pizza. —murmuró y mientras se giraba para seguir viendo la tele. Habían salido a ver una obra de teatro y esta terminó demasiado tarde, por lo que al llegar a casa lo primero que se les ocurrió fue pedir una pizza de la pizzería que quedaba al frente, porque no quisieron parar para cenar fuera, pero incluso estando al frente, la pizza había llegado muy rápido, apenas terminaban de llamar. —Ve—Vero. —dijo al abrir y ver aquella persona allí de pie, junto a la puerta. Se quedó muda, asombrada y muy emocionada de volver a ver a J