. . . . . Los niños estaban listos, seleccionando los juegos que iban a llevar a casa de Jonathan y Verónica. Serían los únicos niños por lo que debían de llevar cosas para entretenerlos mientras los adultos se relacionaban. Era un plan divertido. Ángel terminó de ponerse su camisa y luego subió la cremallera del vestido de su esposa, aprovechando para besar su cuello con el hermoso y radiante vestido que tenía puesto. Había cambiado casi todo de su armario y compró ropa a su gusto, sintiéndose cómoda con lo que vestía, no sintiendo que así era como “debía” de vestir. —Estás hermosa.—le dijo al oido.—Te noto relajada, pensé que estarías nerviosa por el día de hoy. —Estoy bien.—contestó con una sonrisa sincera, tomando el rostro de su esposo y besando sus labios.—Estaremos entr
Download by scanning the QR code to get countless free stories and daily updated books