Mis ojos se habían abierto justo cuando él casi cerraba la puerta de la habitación, estuve a punto de pensar que podría ser un sueño, pero recordé que ya estábamos de regreso y que esta era su casa. Él acababa de llegar. Esbocé una sonrisa y él hizo lo mismo. Los meses habían sido eternos y yo, además del miedo que tenía por todo lo que estaba pasando, también me sentía muy extraña con el embarazo y me asaltaban muchas emociones repentinas en cualquier momento. —Vero.—No dejaba de tocar mi rostro mientras mordía sus labios. Verlo después de estos meses era como un bálsamo para mis heridas, una sola mirada y ya cubría toda la falta que me había hecho el tiempo que estuvimos separados. ¿Cuándo fue que comenzó a ser tan complicado? Era todo lo que yo recordaba y puede que esa fuera la n