Durante los próximos días, Foster ha estado mucho tiempo en la hacienda, se veía pensativo como si algo le preocupaba. En ocasiones tenía una mirada nostálgica como si dentro de él hubiera una tristeza profunda. Tampoco había ido a buscarme a la habitación, su comportamiento era pacifico y me pareció extraño. Sin embargo, esos momentos lo aproveché para escribir en un cuaderno los lugares y cosas que él realizaba entre ellas la venta de armas. Solo me faltaba encontrar algún documento que fueran de importancia para tener una evidencia poderosa y llamar a Saldívar. Esa tarde cuando el sol comenzaba a ocultarse me dirigí a la sala de estar, él estaba de pie en un costado como esperándome. —¿Puedes venir un momento?—me pidió con un tono amable. Me sorprendí un poco por sus palabras, comencé