Zaid no podía negar que estaba algo asustado porque no sabía que cinco años habían pasado tan rápido. Con todo lo que había hecho ni se acordaba ya de Briana, ya que, estaba enfocado en ganar su candidatura solo para lanzar los planes que tenía en mente al mercado Norteamericano y mundial. Entonces, como su imagen era lo que le importaba más que todo para poder ser presidente, él sabía que si Briana hablaba tal vez, podía arruinar su imagen y su carrera política. Asi que, con brusquedad tomándola del brazo la metió a su oficina y cerró la puerta. Briana como prácticamente, tenía su alma apagada, solo lo que hizo fue reírse.
—Jajajaja, vaya, no sabía que mi “Habibi” era tan violento. Que falta de pocos modales, no te recuerdo así. ¿Y qué vas a hacerme en tu oficina? ¿Vas a matarme? —sonrió
