Ante esa situación Angélica lo miró con algo de desagrado, no era grato ver cómo atravesaba cuerpos y además ella ya estaba demasiado cansada, lo único que quería era llegar al edificio.
Respiró profundo y aceleró el paso lo más que pudo para atravesar el pasillo y llegar al fin a su querido destino.
-Hemos llegado, aquí es el edificio de comida italiana -informaba mientras metía aire por su boca.
-No se parece mucho a como lo recordaba -Decía el espíritu mientras levitaba en frente de él -Le han hecho bastantes remodelaciones.
El edificio tenía 3 pisos de alto y estaba dividido en varias aulas. Tenía los colores característicos como todo los demás solo que este en cada puerta tenía el emblema y color de su nación. Además había plantas que acompañaban la decoración siendo distinguidas por pertenecer al mismo país y usarse con fines culinarios. Lo principal que lo diferenciaba al resto en cuanto arquitectura era que en la parte de arriba tenía la figura de un platillo llamado "lasaña" aunque era de metal la coloración y forma le daban mucha vida de forma que de antojaba al instante. Además de tener esculturas sobresalientes de aquel hermoso país. Además a lado de casa puerta de aula había una estatua más de los platillos y de lugares donde se preparaban empezando por el Fegato alla Venezia.