Por alguna extraña razón el chico talento no se había percatado de su presencia ni aún cuando se acercó a ellos. Angélica le hacía señales que se escondiera para no ser detectado pero el maestro chef no parecía hacerle mucho caso.
-¿Estás bien? -preguntaba un poco desconcertado
-Si claro ¿Por qué lo preguntas?
-Pues estás mirando a muchos lados a la vez sin mención el grito que acabas de lanzar a la nada.
-No pasa nada -intentaba improvisar algo -Es solo que sigo nerviosa por lo de la inaguración, el ridículo en la clase de apertura, voy tarde para arreglarme e ir a la reunión. Soy un caos.
-Entiendo perfectamente eso -El espíritu se acercó a ellos y se puso enfrente del chico mientras seguía hablando -Todos en algún momento hemos tenido un día difícil.
-Creo que el no puede verme ni oírme -Comentaba el espíritu mientras hacía movimientos con su mano cerca de sus ojos.
Angélica se percató que era verdad y se relajó un poco, aunque por los nervios anteriores no había puesto atención a las palabras de su acompañante.
-¿Necesitas que te ayude en algo? -El seguía hablando con un tono amable.
Angélica lo miró y con una sonrisa le respondió -No, muchas gracias debo irme ahora.
Salió corriendo sin decir nada más y el espíritu del maestro chef detrás de ella.