-¡Lo encontré! -sorprendía con su grito el espíritu chef -Estaba cubierto con este pasto y esa maceta. Pero la ubicación es la misma así que pude detectarlo. Movieron lo de arriba pero no lo abajo -reía descontrolada mente.
Angélica no entendía mucho su sarcasmo pero se alegraba que encontraron lo que buscaban. Aunque no sabía a ciencia cierta que era realmente.
Observó como el espíritu intentaba mover la maceta pero sin éxito, no podía tocar ningún objeto y solo los atrevesaba de un lado a otro.
-Creo que yo lo hago señor -Caminó hacía la maceta y con mucho esfuerzo la movió un poco -¡Esta muy pesada!
-Si tuviera mi cuerpo ya la hubiera movido -Hacia una rabieta en el aire -¡Que frustrante depender de alguien como tú!
-Bueno tal vez si se calla y deja de quejarse pueda hacer mejor las cosas. Soy una chica que corrió demasiado y además es una maceta muy pesada -Trataba de defenderse verbalmente igual de molesta.
Angélica tomó aire y se agachó poniéndose de espaldas contra la maceta. Se impulsó fuertemente mientras el espíritu esperaba ansioso que logrará moverla.
Después de varios empujones y con una débil demostración de fuerza logró quitar la maceta de lo que parecía ser una puerta que abría paso a un lugar subterráneo.