Narra Madeline. La vida con Allan es algo surrealista. Me encanta por completo. He trabajado para su empresa casi cuatro meses, y tres de ellos los he pasado muy cerca de él. Durante las últimas dos semanas, Allan demostrado su amor y lo mucho que le importo. Ahora está tocando mi coño con una de sus manos, acariciando entre mi pliegues para provocar mi clítoris. Quiere ser dueño de cada parte de mí y, lo que es más, quiero dárselo todo. Lo que más temo en este momento es que creo que posee más de lo que quiere. Lo que comenzó como un boleto de ida para ganar dinero se ha convertido en mucho más. Allan de alguna manera se ha metido en mi corazón y no puedo dejarlo ir. No quiero dejarlo ir. Me hace arder y me vuelve loca. Su pasión me consume, cada vez que termina dentro de mí, no se ale