— Tengo que decirte algo que no sé si te va a gustar. — le comentó él aquella noche después de la cena. — ¿Es peor que las cosas que sueles decirme habitualmente? — Me temo que sí. Mi madre va a venir a pasar un par de días con nosotros. — ¿Por qué piensas que no me gustará? Es tu madre. — Porque no la conoces —suspiró. — Bueno, supongo que es uno de los inconvenientes del matrimonio, aguantar a la suegra. — Vendrá el domingo próximo por la tarde, porque tiene que hacerse una revisión médica el lunes a primera hora y se quedara esa noche aquí. Luego se marchará cuando salga del médico; afortunadamente, no le gusta pasar mucho tiempo fuera de su casa. — Bien. ¿ Y dónde va a dormir? — Siempre le cedo mi cama, las del cuarto donde tú duermes son muy bajas para su artrosis, porque le c