Cuando Minerva se despertó a la mañana siguiente, había tomado una determinación. Si a Stefano le importaba un comino ponerle los cuernos, ella también lo haría con él, ya era hora de que viviera un poco, de que supiera lo que era estar con otro hombre y lo haría con Giovanni. Era un tipo encantador, y de paso se vengaría de Stefano por todo lo que le estaba haciendo, por todo lo que le había hecho desde el principio. Que supiera también lo que era sentirse humillado, ridiculizado por todo el mundo, aunque no fuera más que en su orgullo, él también sufriría. Giovanni era una persona agradable, no tendría que resultar difícil acostarse con él. De todas formas, si Stefano hubiera insistido al principio de su boda en hacerlo, no habría tenido más remedio que aceptarlo en su cama, como