Definitivamente... son celos

1836 Words

Un par de días después, Stefano habló con Giovanni y a aquel le pareció bien quedar con Minerva alguna vez. Stefano le puso como excusa que estaba demasiado ocupado con los trabajos para el nuevo supermercado de Milán, cosa que era cierta, y que ella se aburría. Giovanni admitió que Minerva le caía bien y aceptó invitarla a salir. Stefano la llamó por teléfono aquel mediodía, algo poco habitual, y le preguntó: —Minerva, me han regalado unas entradas para el teatro esta noche. ¿Te gustaría ir? Ella, agradablemente sorprendida, le contestó: —Claro que sí. Me encanta el teatro y creo que ya comprendo el suficiente italiano para no perderme. —Como yo estoy muy ocupado con el trabajo, le he preguntado a Giovanni si no le importa acompañarte y se ha ofrecido encantado. —¿Giovanni? ¿Voy

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