Obstinación

1956 Words

Cuando Minerva se despertó a la mañana siguiente, saltó de la cama y se dirigió a la cocina tal como estaba, con la cara somnolienta y despeinada, aún con el camisón sexy, cosa que nunca hacía cuando sabía que estaba él. En esas ocasiones siempre se presentaba a desayunar arreglada y vestida. Ante su sorpresa, lo encontró en la cocina. —¡Stefano! ¿Qué haces aquí? ¿Estás enfermo? —No, voy a entrar un poco más tarde hoy. Tengo que pasar a recoger unas piezas en un comercio que no abre hasta las nueve, así que he pensado tomarme unas horas más de sueño, en vista de que últimamente estoy trabajando hasta tarde. Minerva sintió que algo se revolvía en su interior al ver que nuevamente la tomaba por tonta. Se puso muy seria y le dijo: —Stefano, nunca ha habido mentiras entre nosotros; n

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