De repente, siento sus labios en mi espalda, ¡¿Me está besando?! Me aparto de un salto, mirándola sobresaltada. ─¡Qué mierdas pasan por tu cabeza! ¿Quién eres y qué haces en el departamento de mi prometido? Soy capaz de darte un sartenazo, y no me voy a arrepentir─ le advierto, respirando con dificultad. ─Eres sexy─ suelta como si nada, obviando todo lo que he dicho. ─¡¿Quién eres?! ¡Llamaré a la policía! ¿Cómo entraste sin que mi guarda espalda te detuviera?─ Hablo rápidamente. ─Tengo mis encantos, querida─ menciona, con un acento español marcado. ─¿Me dirás finalmente quién eres? Porque esto es sumamente extraño─ insisto. ─Estefania Salvatore, es un placer para mí, conocerte finalmente─ dice, estirando su mano para estrecharla con la mía. Mierda, pensaba en matar a sartenazos a la