Alejandro Al darme la vuelta cierro los ojos apretándolos, sé que debo de verme muy mal. Me duele el abdomen y no son por los golpes, la Doctora me ha indicado que son por las marcas que al parecer son de cigarro o de un metal caliente, no sabe con exactitud de dónde provienen pero que son de hace días, pienso que quizás deben de ser horribles para la vista de la rubia. No me doy cuenta, cuando ella comienza a tallar mi cuerpo con la esponja. Abro mis ojos y la observo haciendo lo que le pidieron, no dijo nada, simplemente pareciera que fuera normal. Observo mi abdomen y efectivamente, son horribles. Ella hace caso omiso de las marcas, como si no existieran. Dejo salir una bocanada de aire. Katherina se detiene y toma más jabón en la esponja. ─Si quieres tu puedes…─Me dice ofrecién