"No tengo la intención de seguir tratando mis piernas"
Todos en la mesa, incluido el emperador estaban profundamente asombrados. Jamás esperaban que un príncipe tan orgulloso como lo es Dariel. Haya dicho que se había resignado. Pero ese solo seria el paso para poder cumplir su venganza.
"...¿Escuche bien lo que dijo su alteza?"
El noble que había preguntado sobre la condición de Dariel tenía una mirada incrédula. Igual que todos los presentes en la mesa.
"...."
Dariel no volvió a pronunciar más palabras. Pero con su mirada fue suficiente para que los demás entendieran.
"¡¿Qué diablos estás diciendo Dariel?!"
El emperador Josep estaba molesto por las palabras de su hijo. ¿como podría rendirse...?. No pudo aceptar que su hijo ya no aceptara recibir tratamiento. ¡No lo podía permitir!
