Las manos del practicante rodean mi torso delgado para pegarme a su cuerpo. Su otra mano esta sobre mi carita forzándome a que lo bese. Y no ha parado a intensidad de sus embestidas dentro de mi. Yo solo cierro los ojos e intento irme a otro lado. Pero no puedo evitar que mi cuerpo sienta placer, aunque mi mente grite que no debería de sentir nada. "Tan jodidamente perfecta Rey!" "Eres un puto afortunado!" El practicante redobla sus embestidas y me aprieta con fuerza enterrando sus dedos en mi piel delicada. Seguramente me dejará marcas rojas que tardarán días en sanar. Marcas que Rey tal vez quiera extender a todo mi cuerpo. "Ah si, maldición, carajo...estoy por...aahhhhh...!" Mi boca jadea y deja salir unos pequeños gemiditos. De pronto grito porque siento que el practicante