Enzo sabía que Riccardo no dudaría en hacer cualquier cosa para proteger a Demie. Con ayudarla a engañarlo sobre su embarazo, lo tenía más que comprobado. -Antes de que sigas aquí montando un escándalo que solo servirá para asustar a mi ahijado. Te pido por favor que me acompañes al despacho. Necesitamos hablar. -pidió Riccardo con cansancio y buscando ser lo más amable posible. Aquella situación era muy delicada y solo él podía intervenir. -¿Podré ver a mi hijo después? -preguntó Enzo. -Será tu decisión una vez que me escuches. -contestó Riccardo señalando el camino, aunque Enzo se lo sabía de memoria. Sabrina tomó a Riccardo de la mano, mirándolo con preocupación. -Por favor, no vayas a estresarte. Te necesitamos bien y recuperado. -rogó Sabrina, y Riccardo pasó la mano por su panci