Capitulo 11-Caricias bajo el agua.

1293 Words
Natalia estaba riendo al fondo de la piscina mientras jugaba con Diego, mi mama estaba en una de las sillas con un vaso de cerveza en una de sus manos, mi tío estaba a un lado de ella, pero no tenía nada en la mano y sus ojos estaban fijos en diego el cual no dejaba de verme cada 5 segundos. En cambio, yo estaba en la orilla de la piscina sentada con los pies en el agua, el invitar a Diego em quito un poco los ánimos de estará qui disfrutando de esta delicia de agua. Mi cuerpo dio un saltito cuando sentí unas manos en mi pantorrilla, cuando levante la vista Diego estaba enfrente de mi con una sonrisa. - ¿Te asuste? - un poco - le devolví la sincera y esta vez sí fue sincera - Oye sof. -me gire hacia Natalia tratando de ignorar las caricias que Diego me estaba dando en las piernas. - ¿Puedo invitar a una amiga? - si claro. Dile que venga Natalia salió de la piscina y se acercó a la mesa donde dejo su móvil, vi que hablaba con mi mama y ella con una sonrisa asintió, Natalia le dijo sobre invitar a una amiga. - ¿Porque no entras a la piscina? -me gire hacia Diego el cual ya tenía las manos en mi cadera. Suspire y me dio un temor tremendo girar a ver a mi tío, sabía que el estaría imaginando diferentes escenarios donde Diego termina muerto y yo de rodillas. En cambio, mi mama estaría viéndonos con una sonrisa. -No se nadar - ¿tienes una piscina y no sabes nadar? -solté una carcajada. - exacto, no se nadar. - ven te ayudo, no dejare que te hundas. Dude un momento hasta que decidí meterme a la piscina, me quite el vestido y vi como Diego aguantaba la respiración al verme. Me sumergí en el agua y sus manos se depositaron en mi cintura manteniendo mi cabeza afuera del agua, me sujeté de sus brazos y con miedo empecé a mover las piernas al no sentir suelo abajo de mis pies. - tranquila, no te desesperes, si haces eso vas a hundirte. -sentí como una de sus manos empezó a bajar hasta mi cadera dejando sus dedos arriba de la tanga del bikini. - es que no siento el piso. ¿tu sientes el piso? -el asintió- ventajas de estar alto. - no es una ventaja -soltó una risa- la próxima pide que no la llenen toda para que tu igual lo disfrutes. ¿no quieres poner tus piernas en mi cintura? te cargare como un bebe. Solté una risa y por un momento olvidé que estaba mi tío cerca o que él estaba en mis pensamientos. Me acerque más a él y acomode mis piernas en su cintura y mis manos en sus hombros. - ¿puedo...? -lo sentí tenso y por alguna razón sabía que es lo que quería, no fue necesario que lo preguntara porque yo ya había asentido, llevo sus manos a mis nalgas y me levanto acomodándome. Sus ojos nos dejaban de verme el rostro, en ningún momento había visto mi pecho o más haya de mi abdomen Me sentía bien, siempre me sentía bien con él, pero por algún motivo no podía sentir amor por él. Acerqué mi rostro hacia él y por un segundo de duda quise alejarme, pero si no me daba la oportunidad seguiría enamorándome de alguien que no debo. Acabe con la distancia y pegue mi boca a la de él, primero fue un beso tímido, sin mover tanto los labios, pero después se fue intensificando, le di acceso a su lengua a empujar la mía y sus manos me apretaron más las nalgas. Solté un gemido que se perdió en su boca cuando mi intimidad se froto con su dureza. Rodee su cuello con mis brazos acercándolo más a mí. Pero tuvimos que interrumpir el beso por falta de aire, pero el no perdió el tiempo en besarme el cuello y llevar una de sus manos hacia mi pecho. - Diego espera. -abrí los ojos recuperando el control y el aliento - Lo siento... No quise propasarme. - ¿puedes llevarme a la orilla? -el asintió y me dejo en la orilla donde estaba sentada hace un momento Me levante y me gire lista para irme a mi habitación y esconderme, pero fue mala idea haberme girado con la cabeza en alto porque la mirada de mi tío me golpeo directo en la realidad, tuve sexo con él, deja que me dijera todo lo que sentía y ahora besarme con otro en su cara es un golpe muy bajo. Pasé por su lado y entre en la casa, Natalia estaba en la sala esperando cuando me vio como alma que lleva el muerto, me hablo, pero yo solo seguí subiendo las escaleras, abrí la puerta de mi habitación y la cerré con fuerza, me senté en mi cama y me llevé las manos a la cara, no sabía que hacer. - Sofia -levante la cara hacia Natalia que había entrado y cerrado la puerta- ¿qué te sucede? - Nat... he hecho algo muy feo, una cosa muy terrible y me siento lo peor... - ¿que pasa? - Me acosté con mi tío -Natalia se quedó pálida y abrió los ojos como platos, sabía que n me iba a juzgar y eso lo comprobé cuando apareció su sonrisa picara - ¿y que tal estuvo? - ¿No me vas a juzgar? es mi tío y él te gusta-se acercó a mí y se sentó a mi lado. - no me gusta, solo es un gusto culposo que tengo de alguien mayor que yo y no puedo juzgarte si yo también lo hice con mi tío y mi primo. y sabes que me gustan las mujeres. ¿pero dime cual es el problema? - Diego, él es el problema. Estoy jugando con él, estoy tan confundida y no sé qué hacer. - ten sexo con Diego y a ver cuál te gusta más. - no voy a tener sexo con Diego - ¿y con una mujer? - a veces pienso que te gusto -la mire con los ojos entrecerrados, ella soltó una risa - talvez... nunca podrás saberlo -Natalia se acercó a mí y puso una mano en mi pierna- Nunca te había visto con una ropa así. - deja de jugar, Nat -solté una risa - ¿qué te hace creer que estoy jugando? Me hice hacia atrás y creo que eso fue una mala idea, Natalia se puso en cuatro en la cama acercándose hacia mí y debo de aceptar una cosa, siempre me he sentido atraída hacia las mujeres, levante mi mano hacia el rostro de Natalia y acaricie su mejilla, me acerque hacia ella y deposite un beso en su cuello, ella soltó un gemido bajo. Me acomode abajo de su cuerpo sintiendo como varias partes de nuestros cuerpos se rozaban. Sus labios depositaron un beso en mi hombro y fue subiendo hasta mi barbilla, busqué su boca con desesperación hasta que por fin sus labios se encontraron con los míos, puso su pierna entré las mías y sus manos acariciaron con desesperación mi muslo bajando por mi pantorrilla hasta llegar a mi tobillo, rompió el beso y se levantó quedando sentada entre mis piernas, mi pierna izquierda estaba abajo de ella y mi pierna derecha la tenía elevada besando mi tobillo, deslizo una de sus manos hasta llegar a mi pelvis, su pulgar acaricio ese punto sensible. - Nat para... ¿qué haces? - ¿que? ¿el si te puede acariciar bajo el agua y yo no puedo?
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