Reencontrarse otra vez

1422 Words
Ya puesta en el vehículo minivan, no había vuelta atrás para Gabriela, ella fue llevada directo hacia aquel hotel. Su rostro dormido reflejaba una preocupación, con las cejas fruncidas y la cara pálida fue bajada por aquellos mismos hombres quienes habían ayudado a llevar a Micaela un día antes. Uno de ellos se fijó en el rostro de Gaby y dijo en tono sorpresivo. —¡Que niña más hermosa! ¿de dónde es que sacas tantas jóvenes lindas? —dijo mirando al tío de la joven, al malvado Mainor, este sin ninguna pizca de arrepentimiento se rio a carcajadas, por lo que su cómplice dijera. —¿No me digas que es tu otra hija? —a eso el inescrupuloso hombre respondió. —Jaja, casi como si lo fuera, es la hija de mi hermano. —Los tres tipos se pusieron ariscos con la información y dijeron en coro: —Ah...¡Cuidado! Esto bien podría acarrearnos tantos problemas —a lo que muy confiado Mainor respondiera. —¡Nooo, que va si los muertos no salen de sus tumbas! Él está bien muerto desde que mi sobrina fuese una niña de poca edad. Todo lo que dijera Don Mainor, les heló la sangre a los tres cómplices de éste, ellos murmuraron a sus espaldas, "hay que tener cuidado con este hombre, en cualquier momento nos hace traición, si ves bien, no compadece ni a los suyos, ni a su sobrina e hija, ¿que no haría con nosotros por dinero? —otro de los cómplices dijo: —No confío en el ni tantito. —Jah, mucho menos yo —secundado por el último. Cuando llevaban cargada a Gabriela, esta traía la cabeza hacia atrás con su larga cabellera caída, su pelo brillaba de un fulgor ne'gro lacio tocando casi el suelo, justo en ese momento en que iba saliendo del ascensor de empleados, se encontraron con alguien en el pasillo. Ji Yasuf Kim, quien iba a darle una calada a su tabaco, al sentir el viento soplara suavemente hacia el, olfateó el aroma del cabello de Gabriela. Al sentir la suave fragancia familiar, que antes se lo había sentido a una persona, fijó su mirada en dirección a donde estaba ella. Enseguida los ojos de Ji Yasuf posaron en la mujer que era llevada en brazos, él los siguió al ver que entraran a una de las habitaciones, una de las suite principal. Ji Yasuf enseguida llamó a su asistente y para pedir que investigara los detalles de lo que estaría pasando en ese hotel, su asistente quién era un genio a la vez un hacker en potencia, en menos de veinte minutos ya había resuelto la situación que se estaba dando. —Señor Kim, esa chica que trajeron aquí hoy es una joven trabajadora de tiempo completo. —¿Trabajadora dices? —preguntó confundido de su explicación. Al ver su semblante, entendió que se había dado a explicarse mal, así que corrigió rápido sus palabras. —¡No es lo que piensa que es. Me refiero a que ella trabaja mucho y tiene varios trabajos. — ¡Ah! ¿Y que crees que he estado pensando? —preguntó con ojos fulminantes. —No, es que me di a entender mal, quise decir que esa chica es decente y trabaja duro para su familia. —Está bien, y quien es? —preguntó con algo de curiosidad. —Es una chica común, pero ya la conoces —respondió titubeante. —¿Qué has dicho? Di lo que tengas que decir. —El problema de ella es que tiene un pariente que … —¿Qué pariente? —Ella tiene un tío demasiado vicioso. —continuó su discurso al notar que su jefe no lo interrumpía. —La chica que hoy trajeron la están preparando para vender su primera vez a un Jeque árabe. Según sé, ayer le trajo a una que resultó no ser virgen, así que los tres cómplices más el tío de esta chica están tratando de vender la primera vez de esta joven sin su consentimiento. —¿Su identidad? —cuestionó rápido. —Señor, ella se llama Gabriela Lumbi. —los ojos de Yasuf se atenuaron mirando a su subordinado. —Distrae a esos hombres, me traes a la mujer a mi suite, ella ya no es virgen por que yo obtuve su primera vez hace un mes atrás. Las palabras de su jefe dejaron perplejos a su joven trabajador, más que todo por que Yasuf parecía no ser para nada un mujeriego, tampoco lo había visto interesado por alguna fémina por no decir enamorado. —Señor, ¿que dijo que hizo usted? —Ji Yasuf sonrió complacido, diría su asistente que hasta orgulloso de decir con todas las letras que él se había comido a la Chica. —Ella es mi mujer. —exaló y dió la vuelta, ordenando enseguida. —No quiero que esos hombres pervertidos la vean desnuda, rápido vé y sácala de esa habitación. —dijo mostrando una voz ansiosa. Enseguida el asistente salió corriendo, tomó la palabra de su jefe muy en serio y actuó tal como si estaba rescatando al m*****o de la misma realeza, enseguida llamó para hacer venir al jefe de seguridad del señor Kim y rodeó la pequeña guarida de los perpetradores. Cuando los tres hombres se vieron rodeados se asustaron tanto, no esperaba ver a hombres vestidos de n***o y trayendo trajes de Versace, Prada y Fendi, y eso que eran empleados de la seguridad, pero parecían modelos de pasarela, hombres altos y fuertes, que tenían miradas tenebrosas y miradas penetrantes. —¿Quién sois? ¡Oh por Dios, no soy culpable de lo que me acusan? —dijo el más llorón de los tres sujetos. —No somos policías, a ellos los tienes comprados, pero te diré lo siguiente muchacho, "a los polis los tienes comprados, a nosotros no nos podrás comprar? —afirmó candentemente uno de los hombres de negr'0. —Otro de los hombres pulcramente vestidos dijo: —A nadie se a hecho alguna acusación todavía, y este hombre ya está lloriqueando diciendo que es inocente. —la cara de los tres cómplices se puso palidos. Para salir bien librados de esta situación bochornosa, hablaron enseguida los tres sujetos. —No somos nosotros, si no un sujeto por nombre Mainor Lumbi, es un estafador, ayer estafó a un hombre del medio Oriente y ahora para saldar cuenta se trajo a su propia sobrina a pagar el dinero que quitara a ese millonario vicioso. Para salir bien librados los tres sujetos no escatimaron en acusar al tío de Gabriela y no estaban mintiendo en ese aspecto, el tío de Gaby era el más culpable en toda esta situación. Pero igual los tres tipos fueron capturados y llevados a una cárcel privada, de paso, los hombres leales de Yasuf Kim fueron tras el señor Mainor, quien estaba rondando los alrededores del hotel para poder cobrar la otra mitad del dinero. Cuando este hombre fue atrapado, casi se orina del gran miedo que sintiera, igual eso no le importaba al señor Yasuf, hacia ya tres semanas atrás, él ya había mandado a investigar la vida de Gabriela, sabía que era una chica sin apoyo y sin recursos, no había ido a buscarla por que no quería ser él el primero en dar su brazo a torcer, pero así era ésto. Desde aquella vez que pasaron juntos una noche, no había recuerdos claros, pero si, absolutamente casi todo hacia recordarle a la chica vivaz y alegre que había conocido. No quería reconocerlo, pero hoy al verla así siendo cargada por otro hombre que no fuera el mismo, se llenó de una desesperación mezquina. Tenía ganas de perder los estribos, de exteriorizar su rabia y celos contenidos, hasta que pudo idear el plan rescate. Ahora la tenía acostada en su cama, ella seguía dormida como si no se diera cuenta de todo lo que le iban a hacer, sin miedo ahí, dormida tan campantemente, ¿qué creía esta chica confíanzuda? Se acostó al lado de Gabriela para esperar a que ella despertara del sueño profundo, notó como su cuerpo se estaba tensando de tan solo saber que tenia ahí a la mujer que lo había hecho extrañar tanto. —"Ingrata mujer" —murmuró para sí solo. Al observar sus rasgos tan finos y hermosos, se preguntaba si había algún hombre por ahí que reclamara ser su único dueño, por que él estaba dispuesto a pelear el puesto para él.
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