Hablando con el intruso

995 Words
—¿Si sabes la diferencia entre insultar y saludar? Creo que no sabes ninguna de las dos —Se rio sarcástico —Hola Danna, cuanto tiempo sin verte. —No me llamo Danna —Dije tratando de disuadirlo, enojada. No lo conozco y no le daré la oportunidad de decirle cual es mi nombre. Él sacó una foto de su bolsillo y me la enseñó. Es una copia de mi carnet original… mi acta de nacimiento de 1800. ¿Qué? ¿Cómo carajos consiguieron eso? ¿Qué mierda está pasando? —No solo se quien eres, sino que te vengo a ofrecer una solución —Dijo sonriendo con malicia. —¿Me vas a explicar quien coños eres o qué? —Dije enojada. Le arrebaté eso. No es posible. Esto estaba enterrado con taita, en una cajita de metal… Un escalofrío recorre mi cuerpo y no sé qué pensar. La intriga sobre quién es me tiene concentrada en el mirándolo fijamente. Nunca lo había visto, es alguien nuevo para mi. —Esta bien, no es como que quien sea es algo relevante. Soy Judas —dijo extendiéndome la mano. —Que nombre tan enigmático para una persona desconocida —dije sería respondiendo a su apretón de manos. —Bien, a lo que venía —dijo acomodándose su reloj. Él estaba vestido de n***o, de una manera formal y desencajaba de todo el ambiente de playa. Yo me acomodé mi vestido de playa y lo miré fijamente. —Pues hablé. Aunque tengo muchas preguntas para usted en este momento —dije sería. —Conozco acerca de lo que ha pasado. Es algo muy lamentable el hecho de que perdió a su amado hace meses —dijo de forma triste —por lo tanto, le ofrezco una solución. Ya que no me puede mentir, está desesperada. —¿Cómo sabe que perdí a alguien importante? —dije mirándolo fijamente con una mirada fría. —Soy un viajero del tiempo y conozco todos los finales habidos y por haber desde el principio hasta el fin de los tiempos —Dijo de manera ostentosa y yo solo procedí a mirarlo raro. Si como no, que estupideces. ¡Por favor no soy una idiota! —El hecho de que parezcas un “intelectual” no te hace creerte una especie de viajero en el tiempo —Dije irónica —Por favor, déjate de bobadas, lo que dices es pura pendejada. —Bueno, no pasa nada. Piensa lo que quieras pensar. Pero eso sí, si estas interesada en… no se tal vez —Dijo pasándome su mano en mi cara, la aparte de mi rápidamente —Si quieres viajar en el tiempo para ver a alguien que extrañas… tal vez ¿Un amor quizás? No dudes en llamarme —Dijo pasándome su tarjeta. Yo la tomé y lo miré escéptica. El hombre solo sonreía como desquiciado, que tan mal de la cabeza estás para creerte cosas que no son. Sentía que Rebeca me llamaba y volteé para ver. Ella venia hacia nosotros. Miré al chico otra vez y este ahora, no estaba aquí. Había desaparecido. ¿Pero que carajos? Sin duda, creo que ando alucinando. Me eché el pedazo de papel en el bolsillo y miré a Rebeca otra vez. —¿Con quien hablabas? —Dijo curiosa —Estabas sola parada mirando hacia la nada. —Bueno ya sabes, estoy loquita —Dije dando una pequeña sonrisa vacía. ¿Es producto de mi imaginación todo lo que paso? Sea como sea, necesito descansar. // El mar y la arena estaban por doquier, mientras pasaba el día y veía a los chicos divertirse, no pude evitar sonreír por ratos y verlos haciendo una que otra pendejada me hacia muy feliz. En especial me hacia muy feliz Rebeca, ya que me estaba encariñando por así decirlo con ella. El sol salía poco a poco y me sentía aun débil. De seguro es porque estoy débil mentalmente. La ironía de todo es que lo reconozco. Mientras pienso en esto, no puedo evitar darme cuenta de que Annel tal vez tenga razón. Pensando últimamente en todo lo que he hecho, solo he hecho mas que basura y solo basura. Aún recuerdo cuando era parte de los primeros trinitarios, cuando ayudé a concepción bona a confeccionar la bandera… el grito del 27 de febrero. El fervor y deseo por salvar mi patria… mi moral y mi voluntad intactas. Todos estos recuerdos resurgen ante mí. Todo esto “era” parte de mi ser. ¿A dónde fui a parar? Pensar en esto me hace recordar cuando Vicente alabó por primera vez mi esfuerzo y con esto, me hizo líder del grupo, cediéndome su puesto en un justo combate. “—Wao, que reflejos —Dijo él sorprendido, arreglándose el uniforme militar —Creo que estás sobrepasando mi capacidad. —Boberías señorito —dije educadamente. Mi objetivo era derrotarlo, ya que nunca lo había hecho. Quería demostrar cuanto valgo y no tener la victoria por mera compasión. Empezamos a luchar, otra vez, mientras Jhosep, Annel y Scarlette nos miraban. Estos apoyaban a Vicente y solo Jhosep me daba uno que otro aliento. Afiancé mas mi coraje y estuve mas determinada que nunca a derrotarlo. Una sonrisa en su rostro se dibujo en cuanto me vio. —Vamos a ver si puedes. Si en verdad has determinado que puedes —Dijo sarcástico. —¡AH! —Dije furiosa. Al instante mientras corría rápidamente, traté de distraerlo con una cortina de tierra, para así tratar de tumbarlo. Él ya sabia este truco, pero tenía un As bajo la manga. —No seas inmadura, esconderte en una nube de tierra no hará que me derrotes. Él miraba hacia todos los lados sin éxito, pero yo estaba arriba de él, había aprendido a saltar muy alto, y faltaba poco para yo tumbarlo. Y con éxito, logré derrumbarlo sin que se diera cuenta.” Que días aquellos. Fueron los mejores.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD