—Atente a las consecuencias Lucía, no creas que por ser familia tendré piedad contigo ese dinero me pertenece y las acciones de ese laboratorio también.
—Ya te dije que fue la decisión de nuestro padre y como tal yo respetaré su voluntad.
—¿Voluntad? por favor no me vas a hacer reír —soltó una carcajada en burla—. Parece que no eres tan tonta hermanita, eres codiciosa y avariciosa lo cual no critico, pero yo lo soy aún más.
—No entiendo qué es lo que quieres lograr, si al menos hubieras venido por las buenas te habría podido mostrar como funciona el negocio, pero no. Llegaste con total prepotencia queriendo ser dueño de todo y reclamando las cosas que no te costaron.
—Eso a ti no te importa, yo no tengo que darte explicaciones de lo que quiero o no.
—Entonces haz lo que quieras, ya obtuviste mi respuesta, ¿quieres demandarme? Pues aquí te espero para dar batalla.
Y cuando Filippo estaba a punto de dar media vuelta para marcharse, alguien asomó su rostro por la puerta.
—Disculpe, ¿sería mucha molestia si pido usar el baño?
Rápidamente Filipo miró con cierto fastidio a la dama de cabellera castaña con ondas y de sonrisa ancha.
Me pareció extraño que ella entrara de repente, pues no la conocía y jamás la había visto por los alrededores de mi propiedad.
—Angie, te pedí que esperaras en el auto, ¿por qué me desobedeciste?
—Oh, ella es tu hermana —y sin prestarle atención a Filipo, ella caminó hasta de estar frente a mí y tomar mis manos para agitarla suavemente en un saludo—. Siempre he querido conocerte. Filipo no habla mucho de ti, es muy reservado, pero desde que supe que él tenía la hermana siempre he querido conocerte. Me da tanto gusto poder visitarte cuñada.
Me sorprendió que ella fuera la esposa de mi hermano, conociendo a Filipo, pensé que se trataría de una mujer estirada y altanera pero era todo lo contrario, esta mujer era un encanto.
—Eh… mucho gusto —dije.
—Angie, fui claro contigo, te dije que esperaras en el auto —Filipo avanzó unos pocos pasos hasta tomar la muñeca de su esposa para intentar llevársela, sin embargo ella giró y le sonrió con tanta ternura para luego usar su otra mano y acariciar la mejilla de él.
—Pero si apenas acabamos de llegar, por favor déjame conocer a mi cuñada. Es la primera vez que la veo, además me dijiste que no estaba en casa, que simplemente habías venido para poder dejar un recado con la empleada.
—¿A hablar? —entonces pude deducir que la esposa de mi hermano no sabía a lo que realmente había venido Filipo a mi casa.
—Bueno, ella está muy ocupada así que ya debemos irnos Angie.
—Oh no. Yo no puedo permitir esto —interviene—. Apenas acaban de llegar, sería una completa grosería de mi parte si no los invito a quedarse.
Filipo me observó con unos ojos totalmente fríos y yo sonreí por dentro.
—¿De verdad? Eso me parece maravilloso, ¿lo oíste mi amor? Hay que quedarnos, tu hermana nos está pidiendo que pasemos un poco de tiempo de calidad.
—Por supuesto, es más, llamaré ahora mismo a la empleada para que prepare algunos bocadillos, aunque creo que ella está ocupada con mi pequeña. Bueno, no se preocupen, ustedes permanezcan aquí en la sala y yo me encargaré de prepararles algo.
—¿No me digas que sabes cocinar? Por favor permíteme acompañarte en la cocina.
—Angie —Filipo intercambió miradas con su esposa, al parecer no le gustaba el comportamiento que ella tenía, sin embargo a mí me parecía un encanto.
—Te prepararé algo delicioso, tú solo espérame aquí, además será una estupenda manera de que tu hermana y yo podamos conocernos.
Por alguna razón la actitud que Filipo había demostrado conmigo se había esfumado frente a ella, aunque claro, no ocultaba el disgusto que su esposa le ocasionaba.
—No te preocupes hermano, los asuntos que nosotros tenemos que conversar será a solas, solo quiero conocer un poco más a mi cuñada —y diciendo esto invité a Angie a la cocina—. Es por aquí —le indiqué.
—¡Wow! pero qué linda cocina —algo confundida la miré sin saber si solo era un comentario, ¿o de verdad era la primera vez que veía una cocina? Es decir, no era muy lujosa pero tampoco común.
—¿Te gusta cocinar? —le pregunté.
—Bueno, siempre me ha llamado la atención este lugar, pero nunca se me permitió entrar a la cocina, desde pequeña mamá siempre me tenía prohibida muchas cosas y claro entre ellas esta, creí que al crecer me daría algo más de libertad pero no, siempre fue muy cuidadosa conmigo.
—Bueno en eso tienes razón, los padres somos ciertamente algo sobreprotectores cuando se trata de nuestros hijos.
—¿Nuestros hijos? ¿Tienes un hijo?
—Oh sí, tengo una niña que se llama Diana.
—Entonces tengo una sobrina… ¡Esto es increíble! ¿Podrías dejarme conocerla?
—Claro, después de terminar de preparar los bocadillos.
—Claro que sí.
Esto tenía que ser una broma, Angie era totalmente apuesta mi hermano, una persona así de sonriente no podía tener una doble personalidad, sin embargo, no podía confiarme, así que seguí haciendo preguntas.
—Bueno, y ya que estamos aquí cuéntame un poco sobre ti, y por supuesto de mi hermano, hace muchos años que no lo veo.
Ella sonrió algo tímida, pero luego se aclaró la garganta. Te sonará algo loco, pero tu hermano fue mi primer pareja, desde el momento en que lo vi mi corazón supo que tenía que ser él.
—¿Te enamoraste a primera vista?
—¿Y cómo no hacerlo? Verás yo soy economista, y vengo de una familia acomodada. Eso sí, poseemos propiedades y demás negocios, y eso ha hecho que tenga una vida más o menos fácil, pero todo el tiempo estaba de viaje, mi familia me llevaba de un lado a otro, por ello no tenía mucho tiempo para poder relacionarme con otras personas. Hasta que un día conocí a tu hermano, ¡Dios! ¡Era tan guapísimo!
—¿Lo dices en serio?
—Así es, bueno las condiciones en las que nos conocimos no fueron las mejores, él estaba algo ebrio, al parecer había tenido algún problema con unos tipos, que lo encontré con la mandíbula herida y uno que otro moretón en la mejilla, era totalmente de noche, entonces le pedí al chofer que se detuviera para poder recogerlo, yo no podía dejarlo tirado en la calle.
Al oír a Angie supe que esa historia era completamente real, mi hermano tenía fama por meterse en problemas muy seguido.
—Lo llevé a casa sin que mis padres lo supieran y con ayuda del chofer lo mantuvimos en secreto hasta que luego despertó y se escapó.
—¿Escapó? Y cómo fue que se volvieron a encontrar.
—De una u otra forma al parecer tu hermano sintió que podía confiar en mí, así que en una noche lo vi cerca a la propiedad de mis padres, para mí fue inevitable no acercarme y poder saber su nombre. En ese momento yo estaba enamorada de él y dentro de mi pecho sabía que él llegaría a ser mi esposo, había soñado tanto como un hombre como él, fuerte y guapo.
No había duda, ella estaba completamente enamorada de mi hermano, al hablar de él, sus ojos brillaban.
—Y cuéntame, ¿cómo es tu esposo? —me pregunta pensando que al tener una hija también estaría casada.
…
POV Knox
Luego de estacionar el auto ingresé a casa, encontrándome con mi padre en la entrada.
—Buenas tardes —me dice él.
—Hola padre.
—Luis me llamó para contarme lo que había sucedido y déjame decirte Knox, estoy completamente disgustado con esa actitud.
—Padre, si vas a empezar con un sermón por el comentario de Luis, déjame decirte que estás perdiendo tu tiempo, haré las cosas a mi modo.
—Tu modo no es el correcto, estás abusando de tu poder, y eso con el tiempo traerá problemas al hospital.
—No habrá ningún problema porque yo estoy a cargo, ¿de acuerdo? Fuiste tú quien me otorgó todos los derechos para poder manejar el hospital, así que mantén la calma. No soy un idiota —traté de marcharme a mi despacho donde obtendría algo de silencio para poder revisar mi correspondencia, pero cuando intenté dar otros pasos, el comentario de mi padre hizo que mis piernas se detuvieran.
—Esa actitud tuya ha hecho que todo el mundo se aleje de ti, ¿hasta cuándo seguirás siendo así? Por eso no te dejan ver ni a tu hijo, en todos estos años solamente lo has visto por fotos.
—Yo no voy a caer en el juego de Elena, ¿de acuerdo? No voy a casarme para ver a ese niño.
—Cómo puedes decir eso. Se hicieron las pruebas de ADN correspondientes y dieron positivo. Te metiste con esa mujer estando casado con Lucía y para tener que evitar todo el maldito escándalo tuviste que pedirle el divorcio antes de que tu estupidez arruinara nuestra reputación, pagamos millones para que no saliera ni una sola noticia de tus acciones, así que cambia esa actitud que tienes y por una maldita vez ve a ver a tu hijo, mi nieto ¡Al futuro heredero de los Kofler!
Completamente lleno de ira y frustración me di media vuelta para entrar a casa, a medio camino de los escalones le pedí a la empleada que me llevara una infusión a mi despacho. Y cuando al fin estuve a solas, me dejé caer pesadamente sobre mi asiento, di un golpe con mi puño sobre el escritorio maldiciendo entre dientes.
—Estoy harto de toda esta porquería.
Mientras intentaba calmarme recibí una llamada, tomé mi celular con fastidio y contesté.
—¿Pero miren a quién tenemos en la línea? Al soplón del año, ¿qué es lo que quieres ahora? ¿Vas a acusarme con mi madre? Te recuerdo que no soy un niño.
—Tienes 30 años, sé perfectamente que no eres un niño, pero haces rabietas como si fueras uno, ni siquiera tus pacientes tienen esa actitud tuya.
—¿Qué quieres Luis?
—Bueno debido a que te retiraste temprano te llamaba para avisarte que la junta acaba de recibir una propuesta de un nuevo laboratorio.
—Y qué tengo que ver yo en ello, que el departamento encargado del hospital tome las decisiones.
—Bueno, al ser el director del hospital tenemos que consultarte todas nuestras decisiones.
—Mira, en este momento no tengo cabeza para nada, te dejaré el cargo de esta decisión, ¿de acuerdo?
—¡Vaya! Qué honor. Al menos escucha el nombre de laboratorio, se llama LuxLab es algo nueva, sin embargo los representantes de laboratorio ofrecen 100% de calidad y un excelente precio de sus productos, trajeron unas muestras y realmente es completamente diferente a todo lo anterior visto.
—Listo, entonces firma los papeles, no tienes que estar llamándome, también formas parte del directorio.
—De acuerdo, sin embargo también se necesitará tu firma, te mandaré el documento por correo, necesito una firma digital y podríamos continuar con el papeleo, ¿está bien?
—Sí, como sea. Hazlo de una vez.
Pocos minutos después me llegó el correo con el documento mencionado por Luis.
—Con permiso señor, aquí está la infusión que me pidió —dijo la empleada dejando la tasa sobre mi escritorio.
Tomé la taza y le di un pequeño sorbo y cuando apenas obtuve el sabor dulce terminé casi atragantándome
—¿¡Qué diablos te ocurre!? ¡Esta porquería contiene azúcar! ¿Cómo se te ocurre traerme esto? ¿¡Acaso quieres matarme!?
—Oh por Dios, discúlpame señor, es solo que el trabajo me ha tenido algo agotada. Perdóneme, se lo cambiaré de inmediato.
—¡Mira, no me cambies nada maldita sea! Llévate esto y desaparece de mi vista.
Completamente asustada ella se retiró con la taza.
Parece que no podía tener paz en el hospital ni en casa, miré el documento para poder despejar mi mente y me dolía tanto la cabeza que ni siquiera leí lo que decía, simplemente coloqué mi firma digital y se lo envié a Luis.
—Esa anciana lleva trabajando años en esta casa y aún no recuerda que no debe echarle azúcar a mis infusiones, pero claro… En esta casa nadie se da cuenta de que existo.
Entonces mi mente me jugó sucio, pues trajo de regreso a mí un simple, pero significante recuerdo.
—”Sé que estás algo estresado, pero te traje esta infusión y por eso puedes beberlo con tranquilidad, no contiene azúcar, le coloqué otro ingrediente secreto. Espero que te guste —y sin hacer otro comentario ella salió de mi despacho, pero claro yo me había dado cuenta que ella se había quedado atrás en la puerta, observando a escondidas si yo me lo bebía”.
—Maldita sea… Este dolor de cabeza no va a dejarme en paz — abrí el cajón y tomé una de las pastillas que tenía en uno de mis frascos, mientras que con la otra mano hice una llamada—. Luis…
———————
POV Lucia
Al final de todo puede deducir que mi hermano no le había contado nada a su esposa y por supuesto, para mí hubiera sido de gran facilidad ponerlo en evidencia, sin embargo no lo hice, mis intenciones eran otras.
—Esto está delicioso, tienes magia en las manos, Lucía —me dice Angie luego de probar unos simples bocadillos que había preparado con ella en la cocina—. A mí ya se me hubieran quemado.
—No digas eso, estoy segura que a la próxima tú harás unos mejores que estos.
—¡Mami! ¡Mami! —mi pequeña hija bajó por las escaleras llegando corriendo hasta donde nos encontrábamos, con una hoja de papel y lápices de colores en las manos, pero al ver a la visita se detuvo y caminó hasta sentarse a mi lado y abrazarme—. Mami… ¿quién es?
—¡Santos cielos! Pero es igualita a ti —con un enorme sonrisa Angie miró fijamente a mi hija—. Y lo más resaltante son esos ojos verdes.
—Dianita, ella es tu tía Angie, es la esposa de tu tío Filipo.
—¿Es mi tía?
—Así es corazón sonrío abiertamente—. Filipo mírala, es tan preciosa, y con esa corona en la cabeza… Realmente te ves como toda una princesa.
—¿De verdad? —pregunta mi hija sintiéndose un poco más cómoda con la visita.
—Así es, cuando yo era pequeña tenía muchas muñecas en casa y todas eran princesas.
—A mí también me encantan las princesas, ¿quieres que te muestre mis muñecas?
—Claro que sí, eso me encantaría.
—Mami puedo mostrarle —me pregunta Dianita y yo asiento.
Sin dudarlo mi hija se levanta del sofá y le pide a su tía que la acompañe.
Cuando mi hermano y yo nos quedamos a solas lo observé fijamente y le hice un comentario sobre su esposa.
—En verdad me dejaste sorprendida Filipo. Tu esposa es completamente opuesta a ti, realmente es una buena mujer.
—Supongo que si nos invitaste a quedarnos, es para algo bueno, ve al grano.
—Ya veo, de modo que te diste cuenta. Bueno —suspiré, acomodándome en el sofá—. Estuve hablando con Angie y te tengo una propuesta.
—¿Qué es lo que quieres?
—Mira lo que menos quiero en estos momentos es que mi nombre se vea divulgado por los medios y la prensa, detesto estar en la boca de los demás.
—Bueno eso es fácil de evitar, dame lo que me corresponde y te evitarás los problemas.
—No Filipo, las cosas no son así de sencillas, dije que no me gusta estar en la boca de los demás, sin embargo, eso no significa que voy a esconderme como un caracol dentro de su caparazón. Si tengo que pelear lo haré, pero veo que en cambio tú ocultas tu verdadera personalidad con tu esposa.
—Ella no tiene nada que enterarse y no la metas en esto, su cabeza está en otro lado.
—Filipo, tú ya tienes dinero. Angie me contó que se casaron con bienes unidos, así que prácticamente todo lo que ella tiene te pertenece.
—En efecto, tengo dinero, sin embargo quiero más, además lo que dejó nuestro padre me pertenece. Ese viejo me engañó, se mantuvo en silencio cuando pudo haberme dado aún más dinero, ni siquiera hubiera sido necesario que me casara, podría tener mi libertad hasta ahora.
—¿De qué hablas? Tienes una esposa maravillosa al lado tuyo, no puedes estar hablando en serio.
—Mi matrimonio a ti no te importa, y ya me cansé de esta charla, ¿vas a darme el dinero o no?
—Lo que te ofrezco es otra cosa, sé que por recomendación de Angie te preparaste en la universidad.
—¿Y eso qué tiene que ver?
—Que quiero que trabajes para mí. Obtendrás ganancias, pero serán con esfuerzo tuyo.
El reventó en carcajadas, como si lo que yo hubiera dicho fuera una broma.
—Debes estar loca, ¿yo trabajando para ti?
—No Filipo, no estoy loca, pues según hasta donde yo te he entendido, los abogados que piensas contratar para demandarme serían pagados con el dinero de tu esposa, y para ello, ella tendría que estar enterada.
Al parecer mi hermano no había pensado en eso y tensó la mandíbula.
—Cómo lo sospechaba, además gran parte del dinero que utilizas para tus gustos es de acuerdo a lo que tu esposa te permite usar, prácticamente no tienes control absoluto de toda su riqueza.
—¿Acaso quieres burlarte de mí? Recuerda que soy tu hermano mayor.
—Y lo recuerdo Filipo, sin embargo también soy negociante, y no voy a ser una persona cruel contigo, lo que te ofrezco es un trabajo digno y muy bien remunerado, así que está en tus manos, ¿aceptas o no?
—Primero muerto —contestó con amargura.
—De acuerdo, en este caso fue un gusto haberte vuelto a ver después de tantos años y conocer a tu esposa —me levanté del asiento para dirigirme a la habitación de mi hija—. Iré a decirle a Diana que se despida de su tía.
Me dirigí a las escaleras, estaba a punto de llegar al último salón, sin embargo Filipo elevó su voz.
—¡Espera!
Me detuve, mas no me volteé
—Acepto.
—Te espero mañana temprano.
Al cabo de unos minutos tuvimos que despedirnos de mi hermano y de mi cuñada, sin embargo mi hija estaba algo triste pues se había encariñado con su tía.
—Cariño te aseguro que volveremos a verla pero mi pequeña quería seguir jugando—. ¿Qué te parece si en la noche nos vamos al parque de diversiones?
—¿De verdad mami?
—Claro que sí mi amor.
Muy emocionada, mi niña esperaría con ansias a que llegara la noche.
…
POV Luis
—Entonces la empleada casi te mata con una sobredosis de azúcar… ja, ja, ja.
—Deja de reír como un descerebrado, sabes que no puedo consumir azúcar en exceso.
—Eso se puede saber a kilómetros de distancia, eres intolerante a la dulzura.
—¡Deja tus estúpidas bromas!
—De acuerdo, de acuerdo —levanté los brazos en signo de rendición—. Oh, mira un parque de diversiones, hay muchos niños.
—Lo que me faltaba.
—Oye, yo no entiendo porque elegiste especializarte en pediatría cuando no toleras a los niños.
—Sabes qué, me iré a casa, creí que sería buena idea salir.
—Knox, vamos no te pongas así —pero él se fue, de modo que tuve que seguirlo, mas mi atención se desvió a aquel vendedor de algodones de azúcar, y solo por fastidiar a Knox pensé en comprar a uno, así que tuve que esperar, pues una pequeña estaba esperando el suyo.
—Muchas gracias, señor —la pequeña pagó y dio la vuelta, dejándome casi congelado.
— Esa niña... No puedo equivocarme —froté mis ojos para confirmar lo que veía— ¡Es
igualita a ella! ¡Es igualita a Lucia!