El nombre de aquella extravagante chica de 17 años pero con una sonrisa muy risueña era Victorique, ella se sentó en la parte de adelante ya que era muy aplicada e inteligente, quizá la de mayor coeficiente intelectual no solo en el aula sino también de toda la universidad.
Cuando todos los alumnos se ubicaron en sus respectivas bancas, entraría el profesor “Josefo”, un señor de edad avanzada con cabellos blancos y un terno modesto.
Las clases empezarían y él se presentó ante todos. Su enseñanza era magistral y de máximo nivel debido a que se encontraba antes los mejores elementos juveniles de toda Aradia.
Hablaría de la nueva invención que se encontraba en proceso, la tele transportación que era la última novedad en el centro de investigaciones de ciencias tecnológicas y espaciales.
El objetivo era de tele transportar no solo personas de un mundo a otro dentro del sistema estelar, sino también cargamentos de comida, viáticos, metales, piedras preciosas, transportes marítimos y exóticos animales.
Un concurso se daría muy pronto para incentivar a todos los jóvenes para que contribuyeran con sus conocimientos y este gran sueño llegase a convertirse en realidad.
Una persona tenía ese proyecto en mente y en el subsuelo de su casa, estaba realizando experimentos y no solo de inventar la máquina de la tele transportación sino también, los viajes en el tiempo.
Victorique tenía planos guardados para construir la máquina del tiempo y de la tele trasportación. Y no solamente eso, una obra maestra estaría a punto de realizar, un robot con características de técnico y reparar cualquier parte de una nave, o asistir como navegante con la capacidad de almacenar millones de datos.
Pero por ahora se dedicaría de lleno a la tele transportación por el incentivo que estaba ofreciendo la universidad.
Saliendo todos de la clase, ella se dirigiría a su sótano para continuar con sus proyectos.
-Mi pequeño “Arturi”, tendré que dejarte por el momento ya que me es prioritario seguir en mis investigaciones para la construcción de la máquina de tele transportación.
-Pero pronto vendré por ti mi pequeño amigo, tú serás quien permanezca a mi lado por el resto de mi vida.
-Yo no creo en los chicos, son muy egocéntricos y poco amables, tú serás mi gran compañía.
-Ahora me dedicaré de lleno a lo que he venido a hacer, decodificar un objeto para transportarlo de un lugar a otro. Esto debe funcionar para transportarlo. La ciencia aún no he encontrado la manera de tele transportar objetos complejos ni mucho menos seres vivos. Para ello, si es que llega a ser posible algún día, aún sé que faltan décadas de investigación.
-Pero yo haré lo posible para desmaterializar de un lado a otro las partículas como electrones o fotones. Para ello debo sobrepasar una propiedad llamada entrelazamiento cuántico.
-Sé que lo lograré y ganaré ese gran premio, seré la más destaca y admirada.
En cambio Rodnog soñaba con que algún día participar en una guerra y él fuera quien liderada a su ejército, nada le costaba soñar.
Él no sabía que fue un semi-dios hace miles de años atrás y un gran general que estuvo a cargo de muchas legiones, que contribuirían a la victoria sobre las fuerzas del mal comandados por Lord Nazgul y Mordor. Y que una gran diosa era el amor de su vida, Lúthien.
-Espero algún día haya una guerra en Aradia y sea yo el libertador comandando a muchos ejércitos, que la preciosa Princesa Nicole y su hija Padme me den una medalla de honor y sea considerado héroe de guerra.
-Por ahora me dedicaré a estudiar lo que el profesor Josefo nos indicó, investigar por todos los medios posibles la manera de inventar la tele-transportación.
Era la siguiente semana y todos de nuevo a clases, ahora tocaba el turno de recibir la cátedra por parte de la eminente y hermosa Doctora “Bella”, la mujer más destacada de la primera promoción del Centro de Estudios de Investigación. No era alta, de poco maquillaje con unos ojos pequeños vivaces y un cuerpo voluptuoso, que ponían a temblar a todos los varones.
Se presentaría a sus alumnos y daría comienzo a la clase, ella investigaba las técnicas y tecnología para viajar en el tiempo por medio de los agujeros gusano.
Este era un tema muy delicado de hablar debido a que si se lograra obtener esta tecnología, tendría que ser bien probada para viajar al momento exacto y en el tiempo correcto sea al pasado o al futuro en sus posibles realidades.
También que solo se viajaría por temas científicos e investigativos más no para alterar los acontecimientos pasados, ya que alteraría las líneas del tiempo y el espacio y eso desataría un caos en el cosmos.
-Chicos y chicas me presento, soy la Doctora “Bella”, y en este nuevo año me ha tocado por primera vez dirigir a un grupo tan importante como el de ustedes.
-Me place estar antes tantos talentos de toda Aradia en un mismo lugar. Las clases que voy a dictarles serán a cerca de la construcción de la máquina para viajar en el tiempo.
-Espero sea de su agrado y puedan colaborar en todo lo que les vaya a ir indicando.
-Necesito que se agrupen de dos en dos y hagan un esquema de la clase dictada y me presentan la próxima semana.
Los grupos se armaron por sorteo, Victorique salió sorteada para trabajar junto con Rodnog, ahí empezaría una gran amistad y alianza que se irá manifestando a medida que siga transcurriendo la historia.
Los dos se juntaron y quedaron de acuerdo para ir a la casa de Victorique, ella no estaba del todo de acuerdo debido a que no le gustaba simpatizar con los chicos, era solitaria, pero por petición de la Doctora Bella tuvo que aceptar.
-¿Cuál es tu nombre chica excéntrica? (Rodnog)
-Victorique.
-¿Esos cabellos celestes son naturales o te los hiciste con una técnica de hacer crecer cabellos artificiales conforme a su gusto?
-¡A voz que te importa!
-Que agresiva que eres Victorique.
-Solo porque la Doctora Bella hizo aquel sorteo tuve que aceptar estar trabajando con un chico.
-¡Vaya sentido del humor que tienes!
-Sonríe que la vida es bella en Aradia.
-¡Déjame en paz! mañana te veo en mi casa, toma, esta es mi dirección.
-Chao Victorique, un placer conocerte.
Era el siguiente día y Rodnog fue a la casa de Victorique, ambos estudiaban todo lo referente a los viajes en el tiempo.
La tarde pasó y poco se pudo avanzar, Rodnog se dedicaba más a conversar temas de legendarias batallas y épicas guerras de la antigüedad, Victorique hastiada de seguir con la misma platica, lo echaría de la casa para que la dejara en paz.
Llegó la noche y una extraña visión tuvo Victorique.
Ella se encontraba en un campo muy basto donde había miles de miles de seres peleando unos con otros, observó que todos tenían vestimentas de metal de una época remota.
Desde lejos miraba a un dragón de color escarlata viniendo de entre las nubes y a uno que lo montaba, el aspecto de este era terrorífico, una armadura negra con una espada de fuego en la mano y en la otra un gran escudo de color gris.
Mientras se acercaba vio a otro ser viniendo para hacerle frente, este estaba vestido con una armadura dorada que brillaba como el sol, y al igual que el siniestro ser, tenía una gran espada y un escudo muy grande. Venía montado en un corcel imponente de color blanco y con unas alas del color arcoíris.
Ambos batallaban ferozmente y por otro lado las legiones de ambos lados se masacraban en el campo de batalla.
La pelea entre ambos continuaba y ninguno estaba seguro de su victoria, Victorique seguía viendo la espectacular escena hasta que una mujer extraordinariamente luminosa de ojos grandes y color gris se le presento, para decirle que cuidara de Rodnog ya que él era mucho más que un mortal y que le apoyara en todo lo que a futuro lo iba a requerir.
Victorique despertó de la visión y se sentía confundida.
-¿Qué clase de sueño acabo de tener?, ¡nunca en mi vida me había sucedido esto!
-¿Por qué me encontraba en un campo de batalla con toda esa gente peleando?
-¿Quiénes eran esos guerreros que combatían hasta la muerte?
-¿Y por qué aquella mujer me llamo por mi nombre para que cuidara de Rodnog?
Ya sé, es debido a todas esas historias que ese fantasioso de Rodnog me las contó, de seguro eso fue lo que me obsesionó y me produjo este extraño sueño lúcido.
La visión que acabó de tener Victorique, fue enviada por la diosa Lúthien para que cuidara de su amado Gondor que ahora tenía otro nombre y ese era Rodnog.
Desde uno de los palacios celestiales, la gran diosa se encontraba velando por su amado que ahora era un mortal.
-Amado mío así seas ahora un simple mortal, mi corazón nunca dejará de amarte y tengo la esperanza que al final de tu vida, tu espíritu pueda regresar a tu lugar de proveniencia y te juntes nuevamente conmigo para seguirnos amando como en aquellos tiempos donde éramos uno solo.
-“TE AMO” mi Gondor, mi bello niño.
De regreso a clases, tanto Victorique como Rodnog presentaron su tesis a la Doctora Bella, sus calificaciones fueron las más destacadas del curso y a partir de ese momento, Bella pondría su mirada sobre Rodnog porque le agradaba mucho.
-Victorique y Rodnog han obtenido las más altas calificaciones, los felicito mucho. (Bella)
Y con una mirada profunda y llamativa, miró a los ojos de Rodnog para que al final de la clase se quedara un rato con ella para hablar de unos asuntos.
Llegó el final de la clase y él aguardaba en su banca, Bella amablemente le diría que se acercara al escritorio y se sentara junto a ella.
-Mi prodigioso Rodnog aparte de ser un excelente estudiante eres un chico muy guapo.
-Me gusta tus cabellos largos color n***o y esa miradita de inocencia que tienes.
-Gracias Doctora Bella, pero usted es demasiado hermosa para que se fijara en un neófito como yo.
-Eso es lo de menos mi querido Rodnog, desde ahora en adelante no me llames más Doctora, sino simplemente Bella, considérame tu amiga.
-Está bien Bella, seremos amigos.
Al despedirse, la Doctora Bella besó suavemente la mejilla derecha de Rodnog y con una sonrisa muy risueña se alejó lentamente de él, mientras él observaba el cuerpo voluptuoso de su profesora.
Sorpresivamente Victorique estaba esperando a Rodnog en las afueras de la puerta central de la universidad.
-¿Qué haces aquí Victorique?, pensé que te habías ido a tu casa.
-A que veas que no, molestoso Rodnog, te estoy esperando para amostrarte un proyecto que llevo haciéndolo desde hace unos meses atrás.
-¿Qué proyecto es?
-Es un secreto que no tienes que decirlo a nadie o sino nunca más contaré contigo.
-Tienes que jurarme.
-Juro que mantendré tu secreto hasta la tumba.
-Ahora si dime de que se trata tu proyecto.
-Es acerca de una máquina del tiempo que la estoy elaborando, solo me falta unos pequeños retoques para ponerla en funcionamiento.
-¿En serio lo dices?
-Es en serio, vamos al sótano de mi casa para que la veas.
Rodnog fue junto con Victorique a su sótano y vio que aquel lugar estaba lleno de mapas, muchos papeles, artefactos poco extraños, tubos de ensayo y una máquina que se encontraba cubierta con un manto blanco.
Ahí se encontraba el aparato para viajar en el tiempo, Victorique quitó el manto que lo cubría y Rodnog la vio, esta era de un tamaño mediano, con un cilindro de una longitud infinita, tres palancas, un reloj, una plancha metálica-magnética y otros botones de colores.