-Convertirme en mortal y sea enviada a uno de los mundos de más baja vibración para que esté en constante peligro al ser acechada por hombres mal intencionados.
-Probar la enfermedad, la vejez y la muerte.
-Demasiado dura la sentencia que las diosas has decretado sobre ti mi querida Lúthien.
-¿Tu puedes hacer algo Luciel para aminorar mi posible castigo si este llegase a suceder?
-Quizá la única manera de ayudarte si la sentencia se procede, sería que fueras enviada a Aradia y vivas como una mujer mortal pero al lado de mi hijo Gondor.
-Que de igual manera degustarás de la muerte como en todos los mundos del tiempo y el espacio.
-Luciel, si es de estar con Gondor no me importa si envejezco y degusto la muerte, estoy dispuesta a todo por causa de mi amado.
-¿Estas segura Lúthien?, sería la primera vez que un ser tan altísimo y sublime del reino de Abgal se humille hasta la sumo haciéndose una simple mortal.
-Claro que algunos de tus poderes y dones los tendrás en calidad de humana.
-Estoy segura y yo elijo hacerme mortal por causa del “AMOR”, solo ayúdame a que me envíen a Aradia.
-Tienes mi palabra mi querida Lúthien, se cuánto amas a mi hijo y por eso te aprecio mucho.
De regreso al mundo de Aradia, Dina se encontraba en la caverna junto con Rodnog arreglando el lugar.
Por algunos días permanecieron refugiados hasta esperar que medidas optar para solucionar este inconveniente.
Durante casi todas las noches ellos hacían el amor y Rodnog de volvía más poderoso psíquicamente con las energías sagradas que Dina le transmitía en la intimidad.
Ahora él alzaba mentalmente sin dificultades las piedras, pedazos de troncos y grandes rocas, también leía la mente de Dina.
Dina se sentía extasiada cada vez que se juntaba con Rodnog, deseaba que aquellos momentos se eternizaran.
-Te amo Rodnog, me haces pasar momentos inolvidables contigo, sabes tratar a bien a una semi-diosa.
-Tus caricias, tu dulzura, tu manera de tocarme, de besarme, de hacerme sentir una verdadera mujer cada vez que nos unimos. “Eres único en tu especie”.
-Por eso es que tantas mujeres mortales como inmortales desean estar a tu lado.
-Gracias por tus palabras hermosa Dina, sabes que eres muy especial para mí, me gusta mucho y también eres de mi agrado.
-Lo sé Rodnog, he notado como me miras cada vez que me baño y puedo ver en tus pensamientos lo mucho que me deseas, especialmente de besar mis enormes bustos y mi parte trasera.
-Por eso es que te he dado gusto para complacerte en todo.
Mientras ellos seguían conversando, unos francotiradores apuntaron a sus cuerpos y les dispararon, quedando ambos inconscientes.
Pasaron algunas horas y Dina despertó primero, se encontraba enjaulada en una prisión de acero puro y solo una pequeña ventana iluminaba un poco de luz.
Rodnog al igual que Dina, estaba en otra de esas jaulas de máxima seguridad, desde lejos se oían unos pasos y gente conversando.
Se acercaron varios soldados con cadenas en mano para sacar de una de las jaulas a Rodnog.
-Muchacho, sal y ponte estas cadenas para llevarte a la presencia de la hija de la Princesa que quiere hablar contigo.
-¿Qué es lo que quieren de mí?, no he hecho nada de malo.
-Ve y dile tú mismo a Padme todo lo que tengas que decir, fugitivo.
-¿Dónde está mi amiga Dina?
-No te preocupes por ella que después saldrá a dar su testimonio.
Rodnog fue llevado a la sala de reuniones a la espera de Padme, ella no tardó mucho tiempo en llegar y lo encaró.
-Por fin hemos atrapado a uno de los fugitivos que huyó de nuestra persecución.
-¿Por qué hiciste eso?
-Hay muchas cosas que no podrá entender mujer, es mejor que no se meta con poderes que van más allá de su entendimiento.
-Tienes que hablar y decirnos cuál fue la razón de la muerte de algunos de nuestros ciudadanos, ello tuvieron una muerte muy cruel y eso no quedará impune hasta que hallemos a los culpables.
Rodnog con la fuerza y las habilidades que tenía, dio unos golpes a los tres guardias que lo vigilaban, ellos quedaron tirados en el suelo.
Al momento vinieron más guardias pero Padme los detuvo y fue ella quien mismo le quiso hacer frente.
-Con que eres hábil para pelear joven fugitivo, ven y enfréntate conmigo.
Una pequeña pelea se dio entre los dos, sin armas solamente a puño limpio.
Las velocidad con que se enfrentaban era admirable, ninguno lograba darse ningún golpe, todo lo esquivaban.
-¡Vaya! que para ser un simple joven de universidad, eres demasiado bueno para pelear.
-No sabía que la hija de la Princesa Nicole fuera una fuerte guerrera y tuviera esas habilidades.
Por un momento más seguían peleando y una voz los detuvo.
-¡Padme que hacéis peleando con ese joven!
-¡Madre mía!, no esperaba que vinieras por acá.
-Hija, ¿acaso no es el joven que se hallaba fugitivo y que lo atraparon?
-Es el mismo, aparte de ser un fugitivo es un rebelde y tumbó a tres de mis guardias al piso, por eso yo le hice frente para frenarlo.
-¿Cuál es tu nombre? (Nicole)
-Soy Rodnog y deseo que me dejen ir junto con mi amiga Dina.
-Es imposible dejarlos ir ya que ustedes fueron parte de la masacre ocurrida hace unos días atrás en la ciudad colonial.
-Por favor dinos con quien estaban peleando en aquel día, para poder ir tras del criminal y pague con todo el peso de la ley.
-Lo siento Princesa Nicole, pero ese ser a quien quieren darle caza, es demasiado poderoso y no podrán en contra de él.
-Nosotros tenemos muchos comandos espaciales de élite y un gran ejército para hacerle frente.
-Le repito Princesa, él es el mal absoluto y sus poderes son capaces de destruir no solo este planeta sino de acabar con el sistema estelar entero.
-¿Quién es ese terrible ser que dices que es capaz de acabar con todo? (Padme)
-Él se llama Lord Nazgul conocido como el Señor que gobierna las tinieblas.
-¿Nazgul?, Padme baja a la biblioteca real y busca al anciano que custodia los libros de las crónicas antiguas de las guerras del pasado que ocurrieron en Aradia.
Padme fue enseguida a buscar al anciano y vieran en aquellos libros si había el nombre de Nazgul.
Ellos abrieron las crónicas y en el tomo I vieron el nombre de Lord Nazgul, toda la destrucción y caos que envolvió a Aradia y a otros mundos de la Galaxia de Andrómeda.
Vieron También que él se encendía en fuego y arrojaba bolas de fuego con sus brazos a muchos guerreros calcinándolos al instante.
Finalmente que por el poder del Rey de los dioses, lo encarceló en un abismo profundo para que no volviese a hacer daño en ningún lugar de toda la creación.
-Mi noble y guerrera Padme, Lord Nazgul es un ser terriblemente poderoso que como usted leyó, solo el dios de los dioses lo pudo detener.
-Nadie en toda Aradia podrá retenerlo si él vuelve por nuestras tierras.
Padme subió junto con el bibliotecario para hablar acerca del delicado tema y del inminente peligro en que se encontraba el mundo de Aradia.
-Madre he venido con el anciano para hablar del tema.
-¿Que noticias nos tienes hija?
-El joven tiene razón, el poder de ese ser llamado Lord Nazgul va mucho más allá de nuestras fuerzas.
-En las guerras remotas del pasado él fue el archienemigo de la antigua Aradia y destruyó a cientos de miles de soldados de guerra, a muchos de ellos los destruyó con grandes bolas de fuego.
-Nadie le hacía frente y solo en mitológico Rey de los dioses llamado Luciel, logró derrotarlo y encerrarlo en una mazmorra en las profundidades de oscuras de un sector lejano a nuestro sistema estelar.
¡Por el Único!, ahora tenemos dos enemigos.
-Nazgul y el general y mago n***o Phantom.
-Princesa Nicole y su majestad Padme, dijo Rodnog.
-Existe otro enemigo abominable como ellos y se llama Mordor, él es parte de la trinidad de la oscuridad que se han empeñado en conquistar toda Aradia y los mundos celestiales.
-Guerrero Rodnog, ¿cómo fue que Nazgul no prosiguió destruyendo todo a su paso? (Padme)
-Una diosa lo detuvo haciéndole frente del cual salvó mi vida y la de mi amiga Dina.
-Madre parece que todas esas historias mitológicas fueron reales y que en este tiempo se están manifestado nuevamente.
-¿Ahora qué hacemos?, ¿Quién podrá ayudarnos?
-Princesa Nicole puedo ayudarla, tengo aliados de los mundos superiores que seguro nos darán una mano para hacer frente a esta maldad que en cualquier momento vendrán a invadirnos. (Rodnog)
-¿Quiénes son esos aliados joven Rodnog?
-Desde el sistema estelar de Arcoluz, la Reina de las Elfas junto con sus príncipes élficos podrán darnos una mano.
Tienen un gran ejército y muchas naves espaciales que podrán venir para darnos auxilio.
-También tenemos el apoyo de una gran diosa, de mi amiga Dina que tiene poderes psíquicos muy avanzados y de mi otra amiga Victorique que está construyendo un ejército de droides.
-¡Vaya que este joven guerrero ha resultado ser un baúl lleno de sorpresas! (Padme)
-Me interesaría conocer más de ti Rodnog, conocedor de Elfas, Diosas y droides. Ahora estás conociendo a la hija de la Princesa.
-Por ahora tú y tu amiga podrán hospedarse en nuestro palacio real. Nos es de mucha importancia que permanezcan cerca de nosotros.
Dina fue sacada de su prisión para ser dirigida a uno de los aposentos reales para que reposase sin antes servirse un gran banquete en el comedor.
Ahí esperaban Nicole, Padme y Rodnog para poder servirse la comida. Todos conversaban de lo sucedido y la Princesa sugirió que Victorique sea también parte del equipo y presentara al ejército de los droides.
La petición de la Princesa fue concedida y Rodnog fue junto con algunos guardias reales a la casa de Victorique para traerla a la presencia de Nicole.
Ella llegó al palacio y fue recibida con mucho respecto y reverencia. La Princesa acababa de descubrir al mejor talento científico de Aradia.
-Científica Victorique, seas bienvenida a mi palacio.
-Princesa me siento honrada por citarme ante su presencia.
-Soy yo la honrada de tener a un prodigio frente a mí, algo no visto desde muchas décadas en Aradia.
-Te invito a que nos muestres a algunos de tus droides para ver si ayudamos en tu proyecto y fabricamos muchos más aquí, en uno de los inmensos hangares que tenemos a disposición.
-Gracias mi Princesa por su apoyo en mi proyecto, haré lo posible para traer a cinco de ellos.
Ciertamente Victorique trajo consigo a los droides, fueron estudiados y examinados por los mejores científicos y técnicos espaciales para dar la aprobación de la construcción de 100.000 ejemplares.
La obra empezó y en cuestión de algunas semanas, fueron ensamblados los droides que se sumarían rápidamente a los ejércitos de la generala Padme.
Que a propósito en una noche de descanso, la hija de la Princesa tomaría un baño en una de las vertientes del palacio, nadie se encontraba ahí en esos momentos.
Padme sacándose sus ropajes de guerrera y soltándose su cabello, poco a poco entró al chorro de agua caliente y se refregaba su cuerpo suavemente.
Pasando sus delicadas manos por sus bustos se enjabonaba para luego proceder con sus dedos a su venus depilada.
En el momento en que ella se agachaba para lavar sus pies, sus glúteos se abrieron completamente y su vulva quedaba a plena vista.
Una persona espiaba de lejos a la hermosa doncella, era Rodnog que quedó maravillado al ver semejante mujer desnuda en todo su esplendor.
Mientras le contemplaba extasiadamente, no se percató que al retroceder un paso se tropezó con el filo de una grada.
El ruido se hizo notar y Padme alzando su mirada, vio de lejos al Rodnog que salió corriendo de lugar para que no se percatase que él la estaba espiando mientras se bañaba.
Padme supo que era Rodnog y a su momento lo iba a coger a solas para conversar del asunto.