En los mundos de Arcoluz Elentari tuvo una visión horrible, vio como dos sombras tenebrosas salían de un abismo profundo y se unían con otra para hacerse una sola y expandir su maldad por toda la creación.
Ella reaccionó y sintió un profundo dolor en su corazón, sabía que una terrible malignidad había despertado para adueñarse de todo.
Una de sus nobles elfas la cogió de los brazos y le dio un pedazo de pan divino y un néctar especial para reanimarla.
-¿Qué le ha pasado mi noble reina?
-He tenido una visión muy horrible, una maldad ha despertado y pronto pondrá en peligro a muchos de los mundos de Andrómeda incluyendo los nuestros.
-Mi Reina, ¿sería mejor si fueras a consultar al sabio anciano de Ariel? él es profeta y sabe interpretar las visiones.
-Es una buena idea, por favor llama a Indir y a otras elfas guerreras para que me acompañen.
-Como desees su Alteza.
Elentari junto a Indir y cinco de sus más poderosas guerreras, viajaron en su nave estelar a visitar al sabio anciano.
Todas ellas tenían que ir con la cara cubierta y sus cuerpos bien arropados ya que los Vendor no habían visto a mujer alguna durante siglos.
Además que las Elfas eran demasiado hermosas, especialmente Elentari y por muy de cerca Indir. Esto provocaría lujuria en aquellos gigantes de tres ojos.
Arribaron a planeta de Ariel, con sus atuendos que les cubrían avanzaban por la ciudad de los Vendor, observaban los grandes edificios donde ellos moraban, todos eran varones, ni una sola mujer existía.
A unos pocos kilómetros de llegar donde el sabio anciano, unos tres Vendor miraban extrañamente a las Elfas, uno de ellos se acercó para preguntarles de que parte venían.
-Visitantes de lejanas estrellas, ¿de dónde vienen?
-Somos forasteros pertenecientes al mundo de Aradia, venimos a hablar con el sabio Ariel. (Indir)
-Queremos que nos interprete una profecía.
-Él se encuentra a poca distancia, pueden pasar.
Cuando las Elfas pasaron, uno de los Vendor olió el perfume de una de ellas y se daría cuenta que eran mujeres elfas.
-Un momento, deténgase forasteros que queremos ver sus rostros.
-No tenemos tiempo Vendor, nos urge ir donde Ariel. (Elentari)
-No les dejaremos avanzar ni un paso más si no nos muestran sus rostros.
Las Elfas aceleraron el paso y el Vendor que las olfateó, agarró con sus enormes manos a una de ellas, Indir y le quitó su capucha.
-¡Son Elfas!, ¡son elfas!, una de las razas femeninas más codiciadas por nosotros.
Los otros Vendor se acercaron para rodearlas, Elentari junto con sus elfas guerreras se pusieron en posición de combate.
La pelea empezó, Elentari fue tras el Vendor que tenía entre sus manos a Indir, con su espada dorada y unas dagas de plata, arrancaría los dedos del enorme ser.
Los otros Vendor peleaban con las demás elfas, trataban de agarrarlas pero eran muy veloces y esquivaban todos sus intentos. Así continuaron por un buen tiempo hasta que los Vendor se cansaron y las Elfas aprovecharon el momento para herirlos con sus dagas de plata.
Parecía que las Elfas habían ganado hasta que diez Vendor las sorprendieron, todas quedaron atrapadas.
Estos seres les miraban con ojos de lujuria y deseos intensos de profanarlas, poco a poco las iban quitando la ropa hasta dejarlas semidesnudas.
La locura de estos gigantes era indescriptible, vieron los glúteos y las piernas de Elentari y parte de los bustos de Indir y las demás Elfas.
Estaban a punto de dejarlas completamente desnudas para sacar todos sus depravados instintos debido a tanto tiempo que ellos no habían tocado mujer.
Hasta que desde lejos una potente voz les dejó paralizados.
-¡liec elfus mierā! (¡Dejen en paz a las elfas!)
Los asustados Vendor las soltaron y se percataron que era Ariel. No tardaron nada para soltarlas y devolver sus vestimentas.
Elentari nunca había pasado por estas circunstancias y menos aún que ser alguno viera al menos algo de su cuerpo perfecto, mucho menos que la tocaran.
Ariel reprendió fuertemente a los diez Vendor y los amenazó de muerte si osaban causar el mal a cualquiera de las Elfas.
Elentari le agradeció por la ayuda y juró que él sería siempre bienvenido a sus tierras y seria tratado con un héroe.
Ariel con un acto de reverencia le dijo a la Reina:
-Reina de las Elfas y la más sabia y hermosa en su especie.
-¡Perdonad a los Vendor!, la desesperación de tanto tiempo sin tocar o ver mujeres los han vuelto en una gran desesperación.
-Las hembras fueron aniquiladas hace mucho tiempo atrás por el malévolo Mordor y su general Phantom.
-Es por eso que lamentablemente se comportaron así.
-No os preocupéis sabio Ariel, fui yo la imprudente de ser demasiado confiada y no traer a una parte de la elite de mis poderosas guerreras.
Tras aquella conversación, Elentari consultaría a Ariel a cerca de la horrible visión que tuvo hace unos días atrás.
Ella le describió toda la visión, sin tener mayor dificultad para interpretar, Ariel le dijo claramente que aquellas dos sombras que estaban siendo liberadas eran Nazgul y Mordor, y que luego se unían a otra sombra y se hacían uno solo.
Esto significa que ellos dos se unían con Phantom para formar la trinidad absoluta del mal.
Que esa unión traería nefastas consecuencias y que poco a poco formarían un enorme ejército para expandir su plan de conquista en toda la galaxia de Andrómeda.
Elentari cayó de rodillas al entender la visión, no podía creer que los grandes señores de la oscuridad serían liberados.
Más Ariel le levantaría y mirándole a los ojos le dijo:
-Reina Elentari, no perder la esperanza, hay un propósito detrás de todo este mal y no es malo.
-Solo comprende, el mal jamás podrá vencer al bien por más que este aparente vencerlo. “EL AMOR VERDADERO”, triunfará.
-Ve en paz Reina, haz lo que diga tu corazón y confía en tu luz interior.
Tras recibir la respuesta, Elentari regresó a su mundo para preparar a sus legiones y poner en funcionamiento a las naves de guerra y a sus cuatro naves estelares.
Todo lo haría con mucha precaución para que nada le tomara por sorpresa, si Nazgul junto con los suyos osaban invadir sus territorios, ella estaría lista para su defensa.
El sistema estelar de Arcoluz contaba con cinco mundos, todos habitados por cientos de miles de Elfas y miles de Elfos.
Desde el planeta donde Elentari reinaba, decidió llamar a los tres príncipes y dos princesas de los cinco mundos para reunirse en un Concilio de guerra.
La reunión se daría en el palacio.
Cada uno de ellos arribaba desde sus majestuosas naves reales, venían escoltados por su guardia real.
Era una delicia contemplar la hermosura y la gloria de aquellos seres de inmensa luz, con sus trajes luminosos, sus cabellos dorados, ojos azules, de gran estatura a excepto de las princesas elfícas que eran de tamaño normal y sus capaz blancas.
Cada uno traía una corona hecha de perlas de todo tipo y gemas preciosas.
La Reina Elentari les daría la bienvenida a todos, con un saludo reverente les hizo pasar a la sala donde se realizaría en Concilio de guerra.
Adentro se encontraban la élite de Elfas y las guerreras más poderosas en batalla junto con su líder Indir.
Todo comenzó y la Reina tomó la palabra:
-Grandes Elfos y Elfas de los cinco mundos de Arcoluz, los he invocado para decirles que una gran guerra está próxima a realizarse en la galaxia entera.
-Tres terribles amenazas con incontables legiones de las sombras, están a punto de invadir todos los mundos de Andrómeda y por el cual debemos prepararnos para poder defendernos.
-No permitiremos que esos malévolos seres, quiten la paz y la armonía en nuestros maravillosos mundos.
-Así que los encomiendo para que alisten a todos los ejércitos y pongan en marcha las naves espaciales.
-También que esté a nuestra disposición las naves estelares que se encuentran en cada uno de sus reinados.
-¿Pueden darme su aprobación?
Uno de los príncipes tomó la palabra:
-Reina Elentari, esta seria amenaza no hemos tenido desde hace milenios atrás donde en la antigua Gran guerra, contribuimos en una alianza con el Rey de los dioses Luciel para vencer a su rebelde hermano Nazgul, su mano derecha Mordor y al mago n***o Phantom. (Therion)
-¿Acaso nos vamos a enfrentar con la misma amenaza?
-Si príncipe Therion, tras tener una visión espantosa e ir a consultar con el sabio Vendor Ariel, me reveló que ellos están de vuelta y que muy pronto empezaría una nueva guerra, quizá más terrible y devastadora con la anterior. (Elentari)
La princesa Gemar intervendría en la discusión.
-Mi Reina y gran amiga Elentari, si esto es cierto, seré la primera en dar mi voto a tu favor, estoy dispuesta a preparar a mis guerreras con sus arcos y flechas hechas de diamantes y plata.
Los restantes príncipes dieron también su voto a favor y estarían dispuestos a preparar a todos sus ejércitos y sus naves de combate, incluyendo las estelares para que estecen a disposición de Elentari.
El Concilio había terminado y cada uno se dirigiría a sus respectivos mundos para cumplir con lo planeado.
Tanto en Aradia, en los mundos de Arcoluz como en los planetas en las estrellas oscuras, se alistaban para la gran guerra que estaba por venir, si antes tener algunas batallas de por medio.
Volviendo al mundo de Aradia, Natasha que estaba completamente enamorada de Rodnog planearía en silencio la manera de seducirlo, le haría una invitación a su casa con la mentira que sus padres le invitaban a un pequeño banquete.
-Runnnnnnn.
-Runnnnnnn.
-Runnnnnnn.
Rodnog viendo su reloj, proyectó la pantalla virtual para contestar la llamada.
-Sí, Natasha como te encuentras.
-Estoy muy feliz mi héroe.
-Rodnog, mis padres han decidido invitarte a un pequeño banquete en mi casa, en gratitud por salvarme de las manos de ese anciano asqueroso de Káiser y de la amenaza de esos lobos.
-¿Puedes venir mañana en la tarde?
-Mañana en la tarde estoy allá Natasha.
-¡¡¡Yupi!!! eres mi héroe mi Rodnog.
Natasha metería el pretexto de que sus padres tuvieron algún asunto de urgencia y que ella estaba dispuesta a homenajearlo.
Ella se preparaba con el cabello suelto, muy bien maquillada, vestida con una camiseta blanca sin sus sostén para que se notara sus pezones, y con un short blanco muy corto para seducir a Rodnog.
Natasha iba a entregar si virtud por primera vez al gran amor de su vida.
Al día siguiente Rodnog vestido completamente de n***o y con sus cabellos largos sueltos, fue a la casa de Natasha.
El timbre sonó y ella salió corriendo para recibirlo.
-Brin, brin, brin.
-Brin, brin, brin.
-Pasa Rodnog.
-¡Por el Único!, Natasha se te nota todo con esa camiseta blanca.
-Lo que pasa que mis sostenes están todos sin lavar, hasta mientras estoy así, a parte que ahora hace un sofocante calor, por eso hasta estoy con un short bien cortito.
-Y tus padres Natasha?
-Lamentablemente tuvieron que salir de urgencia, ellos se disculpan contigo.
-Pero no te preocupes por ellos, yo estoy aquí para homenajearte.
-Será mejor que me retire Natasha y cuando tus papás hayan resuelto sus problemas, me llamas y vengo tranquilamente.
-¡No!, ¡Eso no!
-Todo está preparado, la comida, el vino y los bocadillos.
-Solo cenamos enseguida y te puedes ir.
Finalmente Natasha convenció a Rodnog para que se quedara a cenar.
Él se sentó en la mesa mientras ella preparaba los platos, hasta mientras una música muy romántica pondría Natasha, especialmente una canción donde daba a entender lo loca de amor que estaba por él.
Quiero envolverme en tus brazos
Que no quede entre tú y yo un espacio
Ser el sabor de tu boca
Y llenarme toda con tu aroma
Ser confidente
Y saber por dentro quien eres tú
Como un tatuaje vivo
Impregnarme en tu ser
No borrarme de ti
Quiero ser esa locura
Que vibra muy dentro de ti