La sublime Lúthien

2050 Words
Aradia, año 5.001 -¡Inepta Nicole!, aunque te resguardes con todo el ejército de Aradia y construyas esos roids, no podrás con todas mis hordas de las sombras. -Capitán Azam venid ante mi presencia. Este fiero y sanguinario guerrero era el encargado de manejar a una parte del poderoso ejército que Phantom comandaba. No era muy alto pero robusto con una espalda muy ancha, una cicatriz cerca de uno de sus ojos y su piel era color verde y escamoso. Vestía un uniforme verde-n***o, en su pecho colgaba un sin número de insignias de condecoraciones de muchas batallas ganadas. Se acercaba con paso lento pero erguido donde su General, hablando con una voz ronca tomó la palabra: -Mi general Phantom, ¡heme aquí! dispuesto a cumplir con sus órdenes. -Azam estamos a punto de liberar a Lord Nazgul y Mordor, te envió a un gran encomienda. -Ve a los mundos de Venjor, Dutan y Nerbal y trae a los comandantes planetarios que me es urgente hablar con todos ellos. -Como lo ordenes General. Azam se dirigía primeramente al planeta Venjor situado cerca de la constelación del caos para hablar con el comandante “Baal-fer” amo supremo de la r**a de los pulpos humanoides, luego al planeta Dutan situado en un lugar recóndito de Andrómeda para citar al comandante “Scorp”, gobernador de los brutales guerreros escorpión, y finalmente al planeta Nerbal en una de las estrellas oscuras para ver al más fuerte y gigante de los tres, el comandante Rex, señor de las legiones de la r**a de los reptiles. Cada uno de ellos viajó en sus naves de guerra dirigiéndose a la fortaleza del General Phantom. Todos ellos fueron recibidos con honores, legiones enteras daban la bienvenida a los seres más crueles y malvados que habían sido invocados. Baal-fer tenía una fisionomía de horror, grandes tentáculos colgaban de su quijada, ojos inmensos y sin cabellos, portaba una vestimenta color escarlata de pies a cabeza. Estaba rodeado de seis gigantes humanoides con cara de pulpo. Scorp tenía un rostro que producía repugnancia con solo verlo, basta decir que sus ojos eran rojos, una piel gris y una mandíbula grotesca con dos filosos colmillos. En vez de manos tenía unas tenazas puntiagudas y en su aparte trasera, tres colas donde albergaba el tóxico mortal. Rex era el más alto y altivo de todos, un ser alado de piel escamosa, un rostro con un hocico grande y muchos pequeños colmillos, ojos amarillos como el fuego. Vestía completamente de n***o. Iba acompañado de diez de sus más poderosos capitanes. Todos se encontraban reunidos en la sala de guerra con los guerreros de más alto mando del General Phantom. A los pocos segundos la presencia tenebrosa de Phantom se hacía presente y sentándose en una silla que era más alta que las demás, empezaría la reunión. -YO, el General y Mago n***o Phantom junto con el Capitán Azam y mis legiones de las sombras, hemos invocado a sus excelentísimas eminencias para darles una gran noticia. -Después de 3.000 años desde aquella injusta guerra perdida, he resurgido con gran poder, fortaleciéndome desde el exilio y las sombras, esperando pacientemente el tiempo de la venganza. -Estoy a punto de liberar a los Señores de la oscuridad, a Lord Nazgul y a su mano derecha, Mordor. -Solo es cuestión de tiempo cuando se alineen los grandes soles en los cielos, ahí será el momento más glorioso de las tinieblas donde la maldad absoluta vagará nuevamente por la Galaxia entera. -Cuando esto suceda estaremos a las órdenes de los Señores de la oscuridad para ir al mundo de Aradia y paralelamente invadir los mundos celestiales con el fin de gobernarlo todo. -Por eso os he reunido para tener su completo apoyo y cuando alcancemos la victoria, repartir todo el botín con ustedes. -¿Cuento con su apoyo comandantes? -Yo también he esperado mucho tiempo para vengarme de Luciel, quien hace mucho tiempo atrás, destruyó a gran parte de mis legiones y principalmente a mi compañera, la colosal Kutula. (Baal-fer) -Por mi parte, me interesa mucho el botín que podría tocarme, tienes todo mi apoyo General Phantom. (Rex) -¿Falta tu alianza Scorp? (Phantom) Nazgul burkhnyg örövdmöör burkhdyn khaand ööriigöö kharuulsnyg bi bishirdeg. Tüüniig khorigdsond kharamsaj baina, gekhdee kherev ter udakhgüi sullagdakh gej baigaa bol ta minii evseld naidaj bolno. (Yo admiro a Lord Nazgul por revelarse con ese patético Rey de los dioses. Lamento su encierro, pero si pronto va a hacer liberado, cuentas con mi alianza) Tras la alianza definitiva de los tres comandantes, Phantom gritó airadamente y con soberbia: -Estoy formando a los ejércitos más poderosos de la oscuridad. -¡¡ESTA VEZ LUCIEL Y GONDOR ME LAS PAGARÁN!! -¡VENCEREMOS A LA LUZ!, ¡LA VENCEREMOS! Desde el silencio y sin que nadie se percatara de su presencia en este infernal concilio, se hallaba la diosa Lúthien escuchando toda la reunión desde el principio hasta su final. No tardaría en ir al Reino Celestial de Luciel para contarle de la alianza de Phantom con tres de los más terribles seres del mal, y principalmente para informarle que pronto su hermano Lord Nazgul y su terrateniente Mordor serían liberados. La divina y hermosa Lúthien con sus poderes de tele-transportación llegaría enseguida donde Luciel. -¡Luciel!, ¡Luciel!, he venido lo más pronto posible desde la fortaleza de Phantom para informarte de lo que está maquinando desde las sombras. -¡Lúthien!, ¿Tan grata e inesperada visita? -Y lo más raro de todo, que vienes de la fortaleza de ese malvado de Phantom. -Tú sabes que desde mi mundo de Abgal, las diosas conocemos muchas cosas antes de que estas sucedan, además de los poderes inconmensurables que poseo. -Estuve en ese concilio infernal y se están armando para formar un imponente ejército y no solo eso, tu hermano Nazgul y Mordor serán liberados del lugar donde tú les encerrarte bajo un sello arcano. -Eso lo sabía mi bella Lúthien, el sabio y anciano Ariel me lo mostró en la dimensión donde todo se ve. -¿Y no piensas hacer algo Luciel? -Sea el Hado o el Destino mi tierna Lúthien quien defina esta situación. -Hay un propósito que está en las manos soberanas del “Único”, solo Él sabrá el por qué y el para qué. -No perdamos la esperanza que “Un Nuevo Amanecer” llegará a toda Aradia y la Galaxia entera. -Mejor quiero que veas estas imágenes de mi adorado hijo Gondor. -Ven mi querida Lúthien y siéntate junto a mí. -¿Tienes recuerdos guardados de mi amado Gondor? -¡Claro Lúthien!, de tu gran amor del cual interviniste en nuestra guerra por el gran amor que le has tenido. -YO AMO a mi niño y sé que ahora es un pequeño mortal, lo veo tan frágil, delicado y débil que me provoca mucha ternura. -Dos veces he visitado en sueños a una compañera llamada Victorique y por una ocasión a él. -Lúthien, ¿no vas a cometer los mismos errores del pasado?, por el cual fuiste separado de él y mi hijo fue castigado con la pena de nacer como mortal, para experimentar la enfermedad, el dolor físico, la vejez y la muerte. -Lo sé Luciel, pero mi amor por él no tienes límites, y si esta vez me condenan a ser mortal por amor a tu hijo, no me importaría. -Gondor es la vida mismo para mí, ¿me comprendes Luciel? -Por eso eres bien amada por mí, que no he encontrado a alguien que ame tanto a mi hijo como tú, más si eres una gran diosa entre las demás diosas del Abgal. -Aquí están estas imágenes cuando él se sentaba a mi diestra, tan varonil y gallardo que se lo ve con su armadura dorada y su corcel blanco. -Luciel, recuerdo aquellos momentos sublimes con Gondor que iba montado en su caballo y él caminaba a mi lado. -Nos dirigíamos a uno de tus hermosos jardines donde desde lejos te deleitabas viéndonos como nos amábamos sin límite alguno. -Recuerdo que el lugar parecía ser un jardín privado. Era muy grande y lo suficientemente como para tener una diversidad de árboles como parte de su plantación: la granada, el mirto y el cedro, el bálsamo, canela, incienso, mirra y aloe. -El jardín estaba en la flor de la primavera, con narcisos y junquillos en las camas y las vides eran de amarillo, de jazmín y violeta. Había una fuente de cuatro niveles en el centro del jardín con un banco cerca de él. La banca estaba bajo un gran albaricoque, que se parecía más a un roble que a un árbol frutal. Había flores también, y emanaban un encantador y vigorizante aroma. -El manantial que brotaba de una roca en el jardín. Sobre el agua, se extendía el arco de un puente que parecía lo suficientemente amplio como para que caminen sólo dos personas, recuerdo el banco cerca de la fuente, que también parecía sólo lo suficientemente amplio como para acomodar a dos personas. -Lo tengo en mi memoria tan claro, ahí era donde nos amábamos vehementemente con tu hijo. -Mi Lúthien son memorias que quedarán marcadas por el resto de las eternidades, espero que a su debido tiempo Gondor regrese a mi Reino y permanezca a nuestro lado. -Quiero verte casado con él y puedan darme un divino nieto. -Que tus palabras se hagan realidad Luciel. Luego de aquellos recuerdos del pasado, Lúthien preguntaría a Luciel a cerca de su amada esposa Bryinhildr, la antigua Reina y guerrera de Aradia. La respuesta que el Rey le dijo fue que ella regresó a los mundos del tiempo y el espacio para perfeccionarse en su espiritualidad y sabiduría, que al momento oportuno retornaría con un mayor grado de gloria y poder para permanecer para siempre junto a él. De regreso a Aradia, Rodnog y Victorique harían todo lo posible para descubrir los extraños movimientos del ejército real y de todas las demás legiones que llegaban desde muy lejos. Algo misterioso se escondía detrás de los muros del Palacio, Rodnog sospechaba que con este acontecimiento daría el comienzo de aquella visión donde vio que toda Aradia estaba en guerra. -Victorique este es el comienzo de la profecía, yo vi que Aradia era invadida por seres de otros mundos y un pequeño planeta de color rojo se acercaba a su órbita. -Todo era espantoso, gritos, confusión y el caos reinaban por todas partes, parecía que era el fin de los tiempos. -Me dejas asustada Rodnog, pero te creo, porque yo también he tenido visiones que mucho tiene que ver con lo que está ahora empezando a suceder. -Victorique también quiero averiguar que ser maléfico me habló con unas palabras amenazadoras en el momento que ocurrió aquel fenómeno en las afueras de la universidad. -Rodnog, ese mismo te quería decir, ¿Qué te sucedió ese día que te encontramos inconsciente tendido en el suelo? -La voz aterradora de esa sombra me dijo que ha esperado mucho tiempo para vengarse de mí y de mi padre llamado Luciel, también me llamó un semi-dios. -No cabe duda Rodnog que eres grande y a la vez peligroso para ese tipo de fuerzas que rigen en la oscuridad. -Cada día que pasa me dejas más asombrado de tu vida y tu historia pasada, ¡eres único en tu especie!, como para ponerte en el museo Mundial y exhibirte como un espécimen muy raro de ver. -Tengo miedo Victorique de lo que pueda suceder, ser buscado y desafiado por esos poderes que van más allá de mi alcance. -Aún no se contra quien me estoy enfrentando. -Rodnog, es verdad que la maldad te persigue pero no te sientas solo, tienes aquella divina mujer que da a notar que te aprecia mucho, a las Elfas de los mundos de Arcoluz y también a mí. -Yo sé que eres grande y poderoso antes los ojos de los mundos superiores y por eso debes armarte de valor y coraje. -Gracias por tus palabras de aliento amiga. Poco a poco la profecía tomaba forma y Rodnog descubría más y más quien realmente era. De igual manera, faltaba poco para la liberación final de los Señores de la oscuridad.  
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