El Marqués, sabía que esto era verdad, pero no se le había ocurrido que pudiese requerir alguna intervención suya.
—Si tú quieres que pelee en favor de los Granjeros— dijo—, tendré que ir a Londres para hablar en la Cámara de los Lores.
—¡Por supuesto que tienes que hacerlo! Pero hablar en el Parlamento en favor de la gente necesitada es muy diferente a…
Se detuvo.
Estaba pensando en Lady Esther y el Marqués comprendió lo que iba a decir.
Debido a que no quería discutir aquel asunto con Sedela, se apresuró a decir:
—Creo que si vamos a ir a la Casa Ashton, deberíamos irnos ya.
—Sí, desde luego.
Sedela se levantó de la mesa y se dirigió a la puerta. Cuando el Marqués llegó al vestíbulo, ella estaba ya montada en Relámpago.
Fueron a la Casa Ashton por la ruta más corta, que era a ca
