«Lo que haré es volver a Londres esta tarde, pedir a Esther que se case conmigo y luego obligar a Sedela a que le pida perdón». Después del almuerzo le dijo a Hanson que un mozo debía llevar de inmediato una nota suya al representante de la Reina. El Mayordomo, al tanto de que el Marqués iba a cenar con el distinguido personaje, pareció un poco sorprendido. —He de volver a Londres antes de lo que tenía planeado— le explicó el Marqués—. Había olvidado que tengo un compromiso ineludible en Londres esta noche. —¿Así que Su Señoría se marcha esta misma tarde? preguntó Hanson. —En cuanto haya probado los caballos— contestó el Marqués—, pero volveré pronto, Hanson, tal vez la próxima semana. El mayordomo sonrió. —Ésa es una buena noticia, Milord. Hay muchas personas que quieren hablar con