Capitulo 2: El desenfreno en el bosque

1041 Words
Capitulo 2: El desenfreno en el bosque Estaba confundida por lo que acaba de escuchar y sus manos en mis pliegues vaginales me hizo moverme bruscamente buscando huir. —¡No por favor no! —rogué. Él hombre forcejeó conmigo logrando paralizarme y siguió tocándome y entonces cuando comenzó a besar mi cuello aproveché ese momento de guardia baja y encogí mi rodilla y le di una patada en el estómago que lo hizo desestabilizarse, me voltee comenzando a gatear por la grama intentando levantarme pero él fue más rápido y me agarró del tobillo impidiendo que pudiera soltarme a correr lejos de él y se colocó nuevamente sobre mi espalda derrumbándome contra el suelo, su boca en mi oído lemiéndome con su lengua, su pelvis dura contra mis nalgas pareciendo excitarse aun más porque luchaba contra mí. —Por favor déjame en paz —dije, lo peor era que estábamos metidos entre el bosque lleno de arboles en la noche oscura, sabía que nadie podía escucharme, mi voz estaba ahogada con esta bestia a mis espaldas morboso que ponía virginidad en peligro. Él era demasiado grande y eso que yo siempre me creí de gran tamaño; o más bien todos, él me superaba y casi me impedía respirar. Me sentía adolorida, agotada y con la respiración echa un caos porque además de enterarme de que mi esposo me engañó con todas mis supuestas amigas, quería matarme para cobrar mi herencia y no obstante me había caído por un acantilando intentando huir, ya me sentía con nada de resistencia, estaba agotada y a merced de este sujeto. Tal vez al estar cerca de la calle posiblemente si gritaba alguien podría escucharme, era mi último intento desesperado por huir. —¡AYUDA POR FAVOR ALGUIEN QUE ME...! El hombre me jaló del pelo y me forzó a voltearme con solo un gesto de su mano colocándome boca arriba y tapándome la boca, todo sucedió tan rápido que apenas pude pestañear. Yo era como peso muerto para él. —Chica será mejor que te calles —me amenazó— y no grites por ayuda porque me voy a molestar. Él quitó la mano de mi boca y en seguida empecé a gritar: —¡AYUD...! Me tapó la boca otra vez, sus ojos fijos en los míos y entonces sonrió amargamente inclinándose hacia mí, besándome la mejilla y quitó su mano para besarme la boca, apreté los labios queriendo evitarlo pero fue imposible, algunas lágrimas saliendo por los costados de mi rostro mientras él me abría las piernas colocándose entre ellas. Su lengua abriéndose paso obligándome a abrir la boca y por un momento me sentí extraña porque jamás alguien me había besado así... con ganas. Me sentía terrible porque a una parte de mí le parecía curioso lo que se sentía ser deseada desesperadamente por alguien. Su mano fue nuevamente a mis pliegues vaginales tocándome con sus dedos gruesos, temblé, nunca nadie me había tocado, era virgen y esto se sentía extraño. —Pero es que estás húmeda —susurró comenzando a mover los dedos de arriba a abajo y metiéndolos un poco en mí haciéndome tensarme porque nunca me había metido nada, pero su boca volvió a cubrir la mía, contraje el abdomen y mi respiración fue un desastre porque ahora se sentía extrañamente placentero y es que nadie nunca me había echo sentir estas cosas, estaba mal pensar en que me gustaba, pero luego me obligué a que tenía que gustarme porque lo que iba a pasar era inevitable y era preferible que intentara hacer que mi cuerpo colaborara porque o sino iba a dolerme muchísimo porque nunca había estado íntimamente con nadie y estaba completamente cerrada. Gemí en su boca y eso pareció motivarlo a seguir tocándome, me estremecí cuando el placer llenó mi cuerpo completamente caliente, y entonces su boca estaba en mi cuello dejándome marcas, chupándome. —Eso —murmuró—, así me gusta que colabores conmigo. Sacó sus dedos de adentro de mí y se los metió a la boca saboreándolos, cerré los ojos porque en medio de la oscuridad parecía más siniestro y si fingía que todo era un sueño, tal vez todo pasarías rápido. Entonces él bajó su pantalón y acomodó el duro m*****o entre mis pliegues vaginales empujando y gimiendo al mismo tiempo que apreté los ojos soportando el dolor al que ya estaba predispuesta. —Joder —solté, él volvió a tapar mi boca con su mano antes de volver a atrapar mi boca con su lengua ahogando mis quejidos y sus gemidos, él no se detenía parecía que entre más yo temblaba más él lo disfrutaba. Te odio. Era lo único que pensaba y a la vez una mínima parte de mí le gustaba por fin saber lo que se sentía ser deseada y ser tomada por un hombre que no dudaba en hacerme suya sin ver mi peso o sentir desprecio. Él alzó una pierna acomodándosela en el hombro para tener mejor acceso a mí y continuó moviéndose más rápido contra mí, de su boca soltaba gemidos y sus ojos más oscuros por la noche solo lo hacían ver más malévolo. El sonido de nuestras pieles chocando entre sí llenaban todo el lugar mezclándose con el sonido de los insectos y animales, mientras me daba cada vez más duro y entonces soltó un jadeo temblando, creí que era el final cuando sentí que me empapó por completo cuando por fin llegó a su máximo placer, uno que me pareció infinito . Su respiración acelerada, todavía jadeaba cuando se apartó para limpiar el sudor de su frente y yo me arrastré hacia atrás en la grama sintiendo que apenas podía recuperar el aliento, volteándome antes de apoyarme de mis rodillas para gatear lejos de él antes de que pudiera volver a atraparme, sin embargo él me agarró de las piernas y me derrumbé al suelo. Mierda. Estaba sin nada de energía para defenderme a estas alturas. El hombre me alzó de las caderas para pegarse contra mí mientras se frotaba, pude sentir su m*****o endureciéndose otra vez. —Ven acá —dijo—, que aun no hemos terminado. Y supe que apenas había empezado a divertirse con mi cuerpo.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD