Mikael se mantuvo tranquilo aunque una pequeña sonrisa adornó su rostro ante la mirada del rubio, debía decir que el príncipe era bastante atractivo y esa sonrisa tranquila le acababa de dar la calidez que necesitaba.
- Es un placer tenerlo aquí príncipe Jackson. – le dijo el castaño caminando hacía su trono que estaba al centro de la sal y a su lado había uno más pequeño donde Rowan estaba sentado.
- El placer es todo mío su majestad, poder conocerlo es como un deseo cumplido. Estoy impresionado con lo mucho que ha hecho por su reino, todos en pueblo se veían bastante felices.
- Si las cosas salen bien podría llevarlo al pueblo y hablar con las personas, son muy amables y siempre hay algo que hacer aquí. – le dijo el castaño con una sonrisa que flechó al rubio.
- Sería un placer, si el pueblo es feliz y está en buenas condiciones significa que el monarca es uno bueno. – le respondió el rubio ignorando el ligero gruñido del rey.
- Me agrada príncipe Jackson, en unos minutos iremos a mi oficina para firmar el tratado de paz y la alianza. Un hombre que realmente aprecia al pueblo merece mi amistad. ¿Su hermano maneja bien su reino?
- Isaac, el rey maneja muy bien en reino y le gusta pasear por el pueblo con la emperatriz.
- Me dijeron que la emperatriz es una mujer muy amable y que fue incluso capaz de asesinar a su propia familia. Su abuelo, tía y madre causaron muchos problemas en el reino, si no me equivoco. – dijo Mikael mostrando una mirada más fría.
Jackson sonrió ante eso, él no solo admiraba al castaño por su hermosa sonrisa y compromiso con su pueblo sino que podía ser un ser de luz pero también de oscuridad, el emperador no es tonto todo lo contrario es astuto y bastante malévolo si se lo proponía y eso le gustaba, además no tiene pelos en la lengua si quiere algo lo dice de manera directa y no se lo guarda o busca la manera de suavizarlo.
- Así es, esas personas trataron de crear una guerra civil pero el pueblo es leal a nosotros y nos defendieron pero la emperatriz no lo toleró, aprovechó que aún no era coronada y tomó cartas en el asunto. Mi hermano no se opuso a esa decisión por algo eligió a mi cuñada como la emperatriz, respeta lo que ella quiere hacer y no tiene problema con las cosas que hace o dice.
Mikael sonrió satisfecho con la respuesta del príncipe.
- Me agrada tu familia. Estoy ansioso por esta amistad y espero que después de esto pueda visitar al rey y a la emperatriz. – le dijo Mikael colocando una mano debajo de su mentón.
Rowan quería participar en la conversación pero se había visto opacado por el castaño, no tenía oportunidad de hablar además de que el príncipe Jackson solo tenía ojos para el emperador, ni siquiera había mirado al rey.
- Majestad creo que deberíamos de discutir acerca de la alianza. – comentó Rowan viendo de manera dura al príncipe.
Scott rio levemente, él se encontraba parado atrás del trono de Mieczyslaw.
La mirada de Mikael hizo temblar al azabache, era fría y cansada.
- Las decisiones del reino me corresponden, yo soy quien las toma. – le respondió Mikael con una sonrisa.
Jackson solo pudo sonreír con burla. No era tonto y había descubierto por los sirvientes del palacio que al rey se le ocurrió traer una plebeya y la convirtió en su amante, se merecía ese trato después de conformarse con esa zorra y no apreciar la joya que tiene a su lado.
- Kira lo llevará a mi oficina, en un momento iré. – les dijo Mikael mientras asentía hacía Scott que abrió las puertas del trono mostrando una hermosa mujer asiática de cabello azabache vestida con hermoso treja de una pieza.
Kira, una de las más leales al emperador y buena amiga además de que es la prometida de Scott y una de las sirvientas y soldadas de su reino.
Jackson y los otros dos hicieron una reverencia para después seguir a la chica dejando a los monarcas solos junto con Scott.
- No te atrevas a cuestionarme de nuevo Rowan y menos frente a nuestros invitados. – le dijo Mikael entre dientes.
- Pero Mikael.
- Majestad, para ti soy majestad. No tienes el derecho de llamarme por mi nombre, recuerda quién eres Rowan y nunca olvides quien soy.
- ¿Está haciendo todo esto por Jennifer, majestad? ¿Acaso está celoso?
Mikael sonrió con burla.
- Cielo, esa mujer no es tan importante como hacerme sentir eso inútil a lo que llamas celos y para tu información no me importa la mujer, ese es tu tema pero ambos deben de tener en cuenta cada mañana que se despierten cuál es su lugar porque por más rey que seas, yo sigo siendo el emperador y este lugar me pertenece, es mi pueblo y reino. – le dijo Mikael de manera seria mientras se alejaba de ahí con Scott detrás de él.
En cuanto estuvieron fuera de la sala del trono Scott pudo soltar una carcajada.
- Adoro cuando pones a todos en su lugar Mica. – le dijo Scott divertido aunque su rostro se volvió uno serio – Si ese idiota vuelve abrir la boca cuando no le corresponde y te falta al respeto voy a cortarle la cabeza. – apoyó una mano en su espada.
Mica era un apodo único ya que Scott y muy poco lo llamaban de esa manera ya que la emperatriz Claudia lo llamaba así. No cualquiera tenía el honor de pronunciar el bello apodo.
- No hay que llegar a ese extremo, Rowan sabe muy bien su lugar pero con esa chica se le olvidó solo tengo que recordarle donde está y por quien está ahí.
- El príncipe Jackson sería un mejor rey y aportaría cosas buenas al reino, el pueblo estaría feliz con esa decisión.
- Scott lo acabamos de conocer y aunque me guste la manera en que reina su hermano y sus ideas no puedo tomar acciones en este momento. Tengo que conocerlo más además sigo casado.
- Podrías divorciarte.
- Rowan se quedaría en la calle bueno se le daría una cantidad de dinero pero perdería todo título noble.
Cuando el emperador pide el divorcio de su emperatriz o rey, ese antiguo conyugue pierde todo título real y solo se le da una cantidad de dinero para que pueda sobrevivir, si las circunstancias son malas es exiliado del reino. En cambio si la emperatriz o rey pide el divorcio se les da un título noble y pueden vivir tranquilos.
- Eres demasiado bueno. – le dijo Scott con una ligera sonrisa.
- Puedo llegar a ser un hijo de puta Scotty pero eso no me hace ser mala persona, amo a Rowan aunque ese amor ya no sea mío no sería correcto tirarlo a la calle, no soy como él. – le dio Mikael sonriendo a las personas que iban pasando.
- Lo sé. – le dijo Scott abriendo las puertas de la oficina.
- Príncipe Jackson, sus guardias pueden pasear por el castillo si gustan mientras nosotros hablamos, después les daremos habitaciones juntas para que estén más tranquilos.
- Me parece perfecto majestad.
Los gemelos salieron de ahí junto con Scott dejando a los dos nobles solos.
- Comencemos con la alianza y puedes llamarme Mikael.