Marypaz dibujó en sus labios una mueca, por más que pensó una excusa, esta vez no tuvo que decir.
—Bueno no todo lo que brilla es oro, de nada sirve ser lindo por fuera, y ogro por dentro —recalcó, dibujó en sus labios una mueca—, lo que importa en la vida son los sentimientos y no solo una cara bonita y un cuerpo atractivo.
Gianfranco le iba a responder, intentó acercarse más a ella, pero Beto dejó de lamer a la duquesa y le gruñó una vez más.
—Tranquilo —murmuró Gianfranco a Betito elevó los brazos, le mostró las palmas en señal de rendición, sabía que, si se ganaba la confianza del animal, Marypaz ya no estaría enojada con él, y quizás así volvería a casa. Cuando notó que el perro empezaba a calmarse, sacó del bolsillo de su chaqueta, una funda con croquetas. —Mira lo que tengo pa
