Capítulo 1

1357 Words
Al día siguiente, sábado por la mañana, como a las 9 am, Emma apareció de nuevo, molestando, entrando a mi habitación para despertarme. —Anna, levántate, debes alistarte. —¡Vete de aquí! —No, levántate —me quitó todas las frazadas. —¡Vete! —le grité. Me levanté enojada y la corrí de mi habitación, volví a acostarme. Ella fue a reprocharle eso a mi madre, y claro, ella me defendió a mí, porque yo tenía razón. Mi hermana se enojó, de nuevo. Se encerró en su habitación, caprichosa. Ya no pude volver a dormirme, pasó una hora, me digné a levantarme y ducharme, busqué un vaquero ajustado al cuerpo en color n***o, una camisa en degrades azul y unas converse blancas, sencilla, pero quedaba coqueta y, sobre todo, cómoda, cómo a mí me gustaba. Cepillé mi cabello, aunque no era liso, era más bien ondulado y largo, en tono caramelo, lo dejé suelto para que se secara al natural. Me perfumé, adoraba los perfumes, sobre todo si eran muy dulces. Salí de la habitación, fui a la cocina a saludar a mi madre. —Buen día —le di un beso en su mejilla. —Buen día, Anna. Me senté a tomar un café, Emma vino también, nos miró. Tenía puesto un vestido corto, ajustado al cuerpo, no aguantaba la risa, ¿qué se creía? No estábamos en una discoteca o en alguna fiesta. El timbre sonó. —¡Vayan a cambiarse! —dijo Emma, mirándonos. —Yo ya estoy cambiada, Emma. —No se nota —dijo sarcásticamente, fue a abrir la puerta. Miré a mi madre, que me negó con la cabeza para que no le de importancia, ya me estaba cansando esa chica. —¿Qué se cree que es el engendro este? —Anna… —bufó mi madre por lo bajo. Escuché que se saludaron y… Se besaron, qué asco. Con mi madre fuimos a presentarnos ante él. ¡No podía creer que él era el novio de Emma! Era el típico chico popular también en el colegio, aunque él es mayor que ella, ya estaba en la universidad. —Amor, ella es mi madre —dijo Emma. —Hola señora, me llamo Ethan. —Hola —saludó mi madre sonriendo—, un gusto, Ethan. —Y ella… Ella es mi hermana —dijo, mirándome. —Hola, Ethan —sonreí, simpática. —Hola —me miró—, mucho gusto. Caminamos a la cocina, nos sentamos a conversar un poco, luego de media hora, la comida estaba lista, mi madre se encargó de colocarla en la mesa, había preparado pollo a la crema, ¡nos encantaba! Almorzamos, al terminar busqué mi celular y lo revisé. Emma me fulminaba con la mirada. Y su novio, pobre chico, parecía tan maduro, y mi hermana tan… Tan estúpida. No les di ninguna importancia a ninguno. —Iremos al Centro Comercial —dijo Emma, dándome una palmada en mi pierna por debajo de la mesa. Automáticamente la miré, abrí mis ojos como platos, ¿qué estaba diciendo? Yo no pensaba ir a ningún sitio con ella y su “novio”. —Está bien, pero tengan mucho cuidado chicas. ¿Qué decía? ¡No quiero! —Cuida a Anna, por favor, Emma —le pidió mi madre. —Lo haré, mamá, tranquila —dijo Emma, levantándose de la mesa—. Ve a prepararte que ya nos vamos. Acepté, aunque sin ganas, pero acepté, era una de las pocas posibilidades que tenía para salir de mi casa. Busqué mis auriculares, dinero y un abrigo, y salí afuera, me subí al auto de Ethan en la parte trasera, Emma iba delante de copiloto. Él me miraba por el espejo retrovisor. No le di importancia por un momento, pero llegó a ponerme nerviosa. —Ay amor quiero un helado —dijo Emma, con voz de niña, suspiré. —Te compraré uno, cariño. La voz de Ethan me sonaba extraña, ¿fingía? ¿Qué hacía él con una chica como Emma? Llegamos al Centro Comercial, estacionó el auto, me bajé y los esperé. —Anna, ven, vamos —me llamó mi hermana. Me encaminé junto a ellos, entramos al centro comercial y al principio están los baños y luego están todos los comercios, vi uno de ropa, quise ir de inmediato allí, amaba comprarme ropa. —Anna, iré al baño —dijo Emma, antes de irse besó a Ethan, que asco. —Está bien. Me senté en una banca para esperarla, Ethan se sentó a mi lado. —Está muy callada, señorita —susurró. —¿Qué? —volteé a verlo. No lo conocía, no me conocía, no tenía derecho de decirme si tenía que hablar o lo que tenía que hacer. —No me conoces, no me digas que hacer. —Pero podríamos conocernos —susurró. Mi cuerpo se erizó, ¡era mi supuesto cuñado! ¿Qué mierda le pasaba por la cabeza? Él me quedó mirando, no le di importancia, Emma regresó. Me levanté de la banca y comenzamos a caminar, entramos a esa tienda que quería ir a ver y encontré un sweater tejido en color mostaza, ¡me encantó! Me lo probé, me anduvo, así que me lo compré. Ese día me encontraba rara, no hablaba, no hacía absolutamente nada, quería irme a mi casa, no quería estar con ellos, me sentía incómoda. Seguimos caminando y vimos otro local, Levi’s, un local muy conocido y famosa marca en Estados Unidos. —¡Ay, me encanta ese vestido! —Emma le dijo a Ethan. —Ni que él fuera cajero automático —le dije, reí. —Cállate, estúpida —me dijo Emma. Ethan la quedó mirando, me miró a mí, sólo suspiré y bajé la cabeza. Seguimos caminando un rato más, entramos a otros comercios, uno de chocolate, ¡mm! No pude evitar saborearme. —¿Y si tomamos una merienda aquí? —sugirió Emma. Aceptamos, yo pedí un licuado de fresa con unos tostados de jamón y queso. Las horas dentro del centro comercial pasaban volando, ya estaba anocheciendo, por lo que decidimos regresar a casa. Salimos de allí y fuimos al estacionamiento. Me subí al auto. Dimos un paseo por el centro de la ciudad y, al fin, llegamos a mi casa. Ethan estacionó, y también se bajó, ¿por qué? Resulta que Emma le había pedido permiso a mi madre para que él se quede a dormir esa noche, ¡no podía creerlo! Decidí tomar una ducha, mi madre estaba en el trabajo, esta semana tenía turno de noche. Era enfermera. Me puse mi pijama y fui a preparar algo de comer, porque Emma no movía un dedo en la cocina, y encima estaba el tonto de su novio. Preparé pizzas, algo rápido, estaba cansada y quería irme a dormir. —Ya está la comida, par de tortolos. —¡Qué niña estúpida! —dijo Emma. Preparé la mesa y nos sentamos a comer. Cené en silencio. —Está delicioso —dijo Ethan. —Gracias, eres el único agradecido aquí. Emma estaba furiosa. Terminé de comer en silencio. Junté las cosas y dejé limpia la cocina. Mi hermana fue a ducharse, Ethan estaba dando vueltas por la casa. —¿Anna? —entró a la cocina. —Dime. —Eres muy buena —murmuró—, gracias por la cena —sonrió. —Gr… Gracias —ese chico me ponía nerviosa. Terminé y me marché a mi habitación. Emma y su novio iban a ver una película en la sala. Me invitaron, pero no quise, me acosté, me coloqué los auriculares, cómo todas las noches, escuché un poco de música, me quedé dormida, no sé en qué momento. Desperté de madrugada, aún seguían en la sala. Fui al baño, al salir, Ethan estaba parado en la puerta. —Hola —susurró. —¿Qué haces aquí? —Sh —tapó mi boca—, te escuchará Emma. —¿Qué quieres? —lo miré, me daba miedo. Sólo acarició mi mejilla y entró al baño, yo regresé a mi habitación, pero después de eso, me costó volver a dormirme.
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