Como era de esperarse Ilse, no se quedaría cruzada de brazos y envía esta vez, sola a Savannah a la sede de Empresas Dixon en Seattle. Hace caso a las indicaciones de su madre y en este instante, se halla a la espera de que éste salga de una importantísima reunión. Sale Derek en su silla, para adéntrese en su oficina y rápidamente hace contacto visual con la sensual Savannah, quién se muestra más altiva y bella que nunca ante la vibrante mirada de Derek. Ágilmente se le aproxima, exclamado su nombre con mucha sensualidad: —¡Derek! —¿Qué haces tú aquí? —pregunta Derek con asombro. —Con permiso—se retira la secretaria de Derek, para seguir con sus labores. —Derek si quieres me voy—se muestra sumisa con la intención de persuadirlo. —No espera, pasa. Estás hermosa como siempre—alaba su b