Marcela
Si bien Vicenzo no es ese príncipe azul que yo tanto quería desde niña, he de admitir que es algo mucho mejor.
Los anteriores hombres con los que salí alguna vez a cenar, solo se jactaban de cuánto dinero tenían y hasta terminaban hablando de sus ex. Vicenzo, bueno...habla de asesinatos. Se supone que eso me debería disgustar. No. Me debería asustar, pero lejos de eso, creo que me parece muy atractivo que él se sincere sobre lo que hacía antes de resultar en este país del tercer mundo.
Después de terminar con la cena, y posteriormente con un exquisito postre, nos quedamos cerca de dos horas más en el restaurante, simplemente hablando.
Le hablo sobre las cosas que me gusta hacer, aparte de ejercer como abogada. Le digo que me encanta ver los Cuentos de los Hermanos Grimm por
