★Planificación.
En la entrada del túnel que lleva a las profundidades de las oficinas de la petrolera Daye&Dix, se reúnen Assia, Tata, Ángel, Carmen, el General Gerardo, Bra-yan y Asim. Avanzan por el túnel unos 200 metros hasta llegar a una imponente puerta tipo bóveda. Al abrirla, revela una sala de reuniones digna de un consejo de la realeza.
En el centro de la sala, una mesa redonda grabada con intrincados detalles góticos captura la atención de todos.
Los cómodos asientos de cuero n***o tipo Capitone rodean la mesa, invitando a los presentes a tomar asiento. Sobre la mesa, una gran placa de bronce muestra el escudo de armas de la familia Daye&Dix, simbolizando su legado y poderío.
En las paredes, estanterías repletas de carpetas y documentos ocupan un lado de la sala, mientras que un enorme mapa de la ciudad de Asid domina la pared opuesta.
Frente al mapa, un proyector está listo para mostrar el proyecto que será discutido en la reunión.
La atmósfera se llena de anticipación cuando Manuel, el amable asistente, se presenta en la puerta para ofrecer bebidas.
—¿Desean tomar algo?—pregunta con cortesía.
—Manuel, solo necesitamos unas limonadas para refrescarnos —responde Assia con amabilidad.
Manuel se retira con elegancia para preparar las bebidas solicitadas. Regresa con una bandeja de plata finamente grabada, que sostiene una jarra de cristal exquisitamente tallada y varios vasos a juego. Con una reverencia, ofrece las bebidas a los presentes antes de retirarse discretamente para permitir que la reunión continúe.
Es Assia quien toma la palabra, señalando directamente el propósito de la reunión.
—Todos sabemos por qué estamos aquí. Vamos al grano —declara con determinación. —Asim, enciende la computadora y el proyector, apuntando al mapa.
Asim se pone de pie con un gesto de asentimiento y se acerca al equipo, cumpliendo con la orden de Assia. La pantalla se ilumina, proyectando el mapa de la ciudad de Asid en la pared, listo para comenzar la discusión.
Una vez que todo estaba preparado, Bra-yan y Asim tomaron unas chinches de varios colores y las utilizaron para marcar cada lugar donde los localizadores indicaban la salida de cada auto de la mansión.
La tensión en el aire era palpable mientras observaban cómo diez autos se dirigían fuera de la ciudad, hacia el desierto, donde solo se extendía la arena y los médanos, generando un mar de dudas e intriga entre ellos.
Asim, decidido a descubrir la verdad, propuso infiltrarse él mismo haciéndose pasar por un turista, confiando en su habilidad para pasar desapercibido. Sin embargo, Bra-yan, preocupado por la seguridad de su hijo, expresó su preocupación.
—Hijo, eso es demasiado arriesgado. No puedo permitir que te pongas en peligro solo.
Tata, con su habitual sabiduría y determinación, intervino para calmar los temores de Bra-yan.
—Bra-yan, no te preocupes. Asim no estará solo. Irá acompañado por cuatro de mis hombres mejor preparados, quienes darán su vida por él si es necesario. Debemos descubrir qué se oculta en ese lugar, y esta es la mejor manera de hacerlo. Se harán pasar por jóvenes disfrutando de unas vacaciones y explorando el paisaje.
A pesar de las palabras reconfortantes de Tata, Bra-yan seguía inquieto.
—Pero si los descubren, podrían tener problemas —expresó con preocupación.
Assia, la voz de la razón y la fortaleza, intervino con autoridad.
—Bra-yan, debes confiar en tu hijo. Él es un hombre con experiencia comprobada, y nunca lo dejaríamos sin protección. Además, Asim tiene las habilidades necesarias para enfrentar cualquier situación que se presente. Deja que ponga en práctica todo lo que ha aprendido y logrado con esfuerzo.
Las palabras de Assia resonaron en Bra-yan, quien, finalmente, cedió ante la razón y la confianza en su hijo.
—Tienes razón, Sra. Assia. Perdóname, hijo, por mi debilidad. Mi miedo me ha vencido, pero sé que estás en buenas manos y que sabrás manejar esta situación con éxito —dijo Bra-yan, con una mezcla de orgullo y preocupación.
La atmósfera en la sala se tensó cuando Assia anunció la decisión de Shomara de liderar un plan estratégico, preparado en colaboración con Carmen.
Asim, alarmado, no pudo contener su preocupación y se opuso firmemente a que Shomara arriesgara su vida.
—¡Ustedes se han vuelto locos! _exclamó Asim, mirando con incredulidad a Ángel y Carmen. —Shomara aún tiene una vida por delante, ¿cómo pueden permitir algo así?
Ángel, con tono conciliador pero firme, trató de calmar a Asim.
—Entiendo tus miedos, pero Shomara es terca como una mula. Intenté disuadirla, pero no hubo forma de detenerla. Tiene la determinación de su abuela, o incluso más.
Carmen, apoyando la decisión de Shomara, agregó:
—Asim, debemos confiar en ella. A sus 22 años, está lista para asumir el desafío de dirigir las empresas Daye y Dix. Ha aprendido de los mejores y está decidida a demostrar su valía en este mundo.
Las palabras de Carmen no convencieron a Asim, quien seguía preocupado por la seguridad de Shomara. Mientras discutían acaloradamente, el Tata, sumido en sus pensamientos, irrumpió en la conversación con un golpe en la mesa, llamando la atención de todos.
—Mi nieta ha tomado una decisión y todos debemos respetarla —declaró el Tata con firmeza. —Aunque me preocupa profundamente su seguridad, debemos dejar que Shomara demuestre su valía. Es hora de que florezca y haga honor a su linaje.
Las palabras del Tata resonaron en la sala, provocando un silencio reflexivo.
Assia agradeció el apoyo de su esposo y reafirmó la determinación de Shomara para enfrentar los desafíos que se le presentaran.
Nervioso y preocupado, Asim pidió permiso para retirarse y prepararse para la investigación en el lugar donde se llevaría a cabo el plan estratégico de Shomara.
Su mente se llenaba de pensamientos turbulentos mientras se encaminaba hacia su próxima misión, decidido a proteger a Shomara a toda costa.
" Gracias por seguirme y disfrutar de esta hermosa aventura". Saludos a todas y que tengas un maravilloso día.