LITA

CAPÍTULO VII - ACERCAMIENTO

DEAN

—¿Duele transformarse? —Esa pregunta me saca del momento de reflexión en que me encontraba, mientras estamos sobre la hierba mirando el cielo.

—Las primeras veces sí —respondo con sinceridad —pero antes de la transformación, debes haber tenido señales que te indiquen la presencia de tu loba, además que por naturaleza tenemos los sentidos más desarrollados que los humanos.

Oficialmente aquí doy inicio a mi labor de educador, así que continuo.

—Cuando estamos cerca a cumplir los 21 años, nuestros sentidos se agudizan.

Aunque su mirada está fija en la bóveda celeste, sé que su atención está en mis palabras.

—Cuando está cerca la transformación, muchos somos capaces de hablar con nuestro lobo, aunque al inicio su voz suena lejana, casi imposible de entender, con el tiempo se hace más fácil escucharlo hasta que al final terminas sintiéndola como algo normal.

—Mmm, eso explica muchas cosas en mi vida —su mirada sigue centrada en el cielo, completamente indescifrable para mí.

De pronto, gira para quedar boca abajo en la hierba con la cabeza ladeada recostada sobre sus brazos.

—Mis recuerdos inician en el orfanato ¿crees que alguna vez sabré cómo llegué ahí?

Ya sabía que era adoptada, pero su pregunta me tomó completamente desprevenido.

—¿estás aceptando que este es tu mundo?

—No estoy segura, pero empiezo a creer que si y que hay un motivo para estar aquí, espero averiguarlo pronto. Cuando Kiran controló mi cuerpo todo se sintió demasiado real. No creo que se pueda sentir tanto en un sueño.

No sé si es un mecanismo de defensa, pero está tratando de analizar todo con cabeza fría, de no ser emocional y aun así, solo a mi me ha mostrado su debilidad.

—Suficientes cosas para un día, no te sigas saturando. Creo que ya es momento de entrar a la casa —digo mientras la ayudo a levantar y tomar nuestras mochilas —debemos descansar, mañana será un día largo.

LITA

Este sin duda ha sido el día más largo y extraño de mi vida, pero Dean tiene razón, ya es hora de descansar, todos los acontecimientos del día me están pasando factura y mis párpados empiezan a pesar.

La casa es mucho más rústica que la de la manada pero igualmente espaciosa, con una amplia sala con vista a la cocina.

—¿Dónde dejo mis cosas? —pregunto apenas entramos —primera puerta a mano derecha.

La habitación es muy parecida a la de Dean en la "ciudad", solo que más pequeña. Estoy desempacando, cuando Dean entra y comienza a guardar sus cosas al otro lado del armario.

—¿Qué haces? —pregunto sorprendida por su intrusión.

—También tengo que desempacar —responde como si fuera lo más natural del mundo.

—¿pero por qué aquí? —me mira divertido y responde —Porque este es nuestro cuarto.

—¿Nuestro cuarto? No, no, no vamos a dormir juntos.

Sus manos se detienen y me mira aún más divertido y con una encantadora sonrisa bailando en su rostro. Avanza hacia mí, haciendo que automáticamente yo retroceda hasta chocar con la pared y espanta el sueño que tenía.

Ese hombre es lo más bello y peligroso que he visto, hay tantas imágenes llegando a mi mente, que me es imposible no estar completamente roja.

Recordarlo envuelto en una toalla con el pecho húmedo y el cabello mojado, el sabor de esos labios, que yo (o mi loba) había tenido la osadía de reclamar como mío y haberlo visto transformarse en lobo, bajo el encanto de la luz de la luna. Todas esas fueron imágenes que hicieron que mi cuerpo reaccionara y mi entrepierna se humedeciera.

Puedo sentir la atmósfera cargada con su esencia y eso hace que bajen mis defensas. Mi corazón corre a mil cuando pone uno de sus brazos contra la pared, me mira de forma sugestiva alternando su vista entre mis ojos y mis labios.

—De mí ya no puedes escapar, así como tampoco puedo escapar de ti —besa muy suavemente mis labios, casi como una caricia —trataré de darte tiempo, pero no distancia, no pidas imposibles mujer —traguo en seco.

Sus labios siguen muy cerca a los míos, como sopesando si debe hablar o volver a besarme y sus ojos alternaban entre su café normal y el dorado. Ya sé lo que eso significa, así que lo observo con fascinación sin atreverme a hacer nada más, aunque su olor me está enloqueciendo.

—Se que te gusto —sonríe —aunque puede que no tanto como me gustas tu.

—Eso no tiene nada que ver con este tema —trato de retomar el control de la situación —no porque me gustes voy a tener sexo contigo.

—Yo no hablé de sexo —ensancha su sonrisa —así que haz pensado en eso.

Maldición, caí directo en sus provocaciones, pero no puedo decirle que gracias a las expresiones de mi loba, esa idea está cruzando mi mente desde que lo vi desvestirse para transformarse.

—Al igual que tu, según parece.

—No lo niego, nunca pretendí esconderlo —su voz suena ronca —porque eres la mujer que amo y deseo.

Esas palabras representan lo máxima a lo que puede aspirar un corazón, ¿Cómo podría no flaquear mi voluntad ante la intensidad de sus palabras? ¿Cómo podría no desear vivir ese sueño que hasta hace unas pocas horas creí imposible?

Muerde suavemente mi labio inferior y puedo sentir no solo la tibieza de su piel, sino su deseo contenido. Sin poder evitarlo, mis brazos lo rodean atrayéndolo más a mí, haciendo que ese beso sea cada vez más intenso, más caliente y húmedo.

Sus brazos rodean mi cintura a la vez que ataca sin piedad mis labios y nuestras lenguas se enredan en búsqueda de tomar el control. Siento como el calor de nuestros cuerpos se dispara y de manera involuntaria, un gemido escapa de mis labios.

No sé que pasa conmigo, pero me es casi imposible resistir mis impulsos con él, realmente me desconozco.

A estas alturas, el tema de ese punto de olor en su cuello ya se ha vuelto crítico, así que halo de su camisa para inclinarlo más hacía mi y aspirar sin restricción aquel embriagante olor. No lo pienso, solo actúo y él no pone resistencia a mis deseos.

Beso y lamo sin pudor esa zona, sintiendo como el cuerpo de Dean reacciona bajo mi toque, aprieto su cuerpo aún más a mí y siento como su hombría está tensa bajo la ropa, mientras un gemido ahogado escapa de su boca.

Desliza una mano hacia mi pierna, ocasionando que esa deliciosa sensación de chispas recorra toda la zona y me llene aún más de placer; enredó mi pierna en su cadera haciendo mucho más íntimo el contacto de nuestros cuerpos, nuestras miradas se encuentran y pueden expresar a profundidad lo que no es posible explicar con palabras.

Una sonrisa cargada de lujuria se filtra en su rostro, para luego acercar sus labios a mi cuello.

DEAN

Obviamente dormiremos en la misma habitación, Sé que ya me ha aceptado, el problema es que ella aún no es consciente de eso y claro que me voy a encargar de hacer que se de cuenta.

Verla retroceder hacia la pared y contemplar su rostro rojo, es una de las escenas más divertidas y excitantes que he visto, aun más que ir de cacería. Libero un poco mis feromonas para equilibrar en algo la situación, no es justo que solo yo sufra con su olor, así que definitivamente mañana tendré que enseñarle a manejar sus feromonas y proyectarlas.

Su respuesta a mi es instantánea y tan evidente, que mi ego crece de manera exorbitante; su olor natural junto con el de su excitación, se mezclaba con el mío formando uno nuevo que me resultaba fascinante. Sólo han sido besos, pero cierta parte de mi cuerpo ya esta empezando a reaccionar y cuando enfoca su atención a mi cuello, a esa parte en que estará su marca, por poco pierdo el control.

Mi cuerpo se tensa de manera instantánea ante las olas de placer que generan su toque y requiero de un gran esfuerzo, para no alcanzar mi liberación ahí mismo.

La atraigo con hambre, con necesidad a mi cuerpo, deslizo una mano por su pierna y puedo sentir la suavidad de su piel y como se eriza por mi toque, enredo su pierna en mi cadera haciendo mucho más íntimo el contacto de nuestros cuerpos.

Nuestras miradas se encuentran y es fabuloso lo que gritan sus ojos, acerco mi rostro a su cuello y aspiro de el toda su esencia. Mi lobo ronroneaba cual gatito en búsqueda de caricias, pues sabe que no le permitiré salir aún.

Beso, lamo y rozo su cuello con mis colmillos, hasta dejar pequeñas marcas que la hacen ver cada vez más mía; en este punto mi erección ya era dolorosa y sus gemidos no me ayudan mucho.

Ya imagino mis manos jugando bajo ese vestido, con sus pezones entre mis dedos, con mi boca en su sexo, si este momento es fantástico, estar en ella debe ser el cielo.

Luego, la razón vuelve a mí, no puedo tenerla, no aún, será su primera vez, su olor me lo dice, el nerviosismo del vínculo también. No debo marcarla, no hasta que esté lista, no hasta que llegue su loba.

Odio mi conciencia, sé que yo solo me estoy torturando, pues ella está a mi total disposición en este momento. La podría tomar, hacerla mía oficialmente esta noche y nadie me lo habría recriminado, pero no, así no quiero que sean las cosas, quiero que ella tenga conciencia total de lo que está pasando y sus implicaciones.

Así que la aprieto fuerte contra mí, vuelvo a aspirar todo lo que puedo de su esencia y creo una pequeña distancia entre nosotros.

—Por el momento esto es todo lo que necesito, no me prives de tu olor, no podría descansar y quiero pensar que tu tampoco —mis palabras salen entre jadeos y con súplica en mis ojos, ella solo asiente.

LITA

El momento ha sido tan intenso que enserio creí que tendríamos sexo en ese momento. El cúmulo de sensaciones nuevas fueron abrumadoras y sé que no solo para mí, Dean estaba igual.

Él fue capaz de detenerse, es como si hubiera sido capaz de sentir mis nervios.

Esa noche compartimos la cama, dormimos abrazados el uno al otro, aunque mi loba quería salir, la muy traicionera estuvo hurgando en mi mente un buen rato antes de darse por vencida.

Cuando abro los ojos, estoy sola en la cama y el sol está en lo alto. Deben ser las 10 de la mañana.

Me asomo a la cocina y encuentro a Dean en ella preparando el desayuno, me saluda con una gran sonrisa y preguntó:

—¿Lista para comenzar el día? será uno muy largo —pone los platos en la mesa.

Y no miente, una vez que desayunamos el tiempo se va en estudios.

—Necesito dulce —digo tras unas horas de aburrida teoría —si quiero seguir entendiendo lo que estás diciendo.

—Tienes razón, espero que te guste el chocolate —sale en busca del dulce.

Dean es muy serio y dedicado cuando quiere serlo, nunca antes estudiar había requerido esfuerzo real de mi parte. Es mucha información que procesar.

Entiendo mejor lo del lazo de parejas, pero lo que más me sorprende es lo de las feromonas. Aparentemente las mías son muy fuertes por ser un alfa, ya sabía que mi forma de loba era fuerte, pero nunca pensé que tanto.

Según la forma como las maneje puedo proyectar a los demás mi disposición o no para algunas cosas, también debo aprender a regular su intensidad, aunque la recomendación de Dean es que aprenda a suprimir también mi aura hasta que sepamos el motivo por el cual estoy aquí, y por eso estamos entrenando también lejos de la manada principal.

La clave de muchas cosas aquí es la meditación, así es más fácil conectarse con el lobo, conocerlo y que él te conozca para crear un vínculo y lograr dominar sus instintos salvajes.

DEAN

Es asombrosa su capacidad de aprendizaje, absorbe el conocimiento como si fuera una esponja, pero lo que más me tiene impresionado es la facilidad con que tomó la parte de la meditación. Nuestra naturaleza es inquieta, por eso meditar es algo muy difícil para la gran mayoría de los lobos, muchos solo hacen los avances básicos para poder vivir en comunidad y nada más, pero por lo que veo, es como si esta parte del entrenamiento ella ya la hubiera vivido antes.

EN ALGUNA PARTE

La tranquilidad del espejo de agua es distorsionada por un cuerpo que emerge desde sus profundidades. La figura no es imponente a la vista, pero aún así, la cantidad de conocimiento que alberga es suficiente para hacer palidecer, a cuanto ser que pueda considerar sabio por aquella época.

Sus pasos ascienden por las ahora olvidadas escaleras de esa cueva subterránea y toma de uno de los polvorosos estantes, un libro que ha sido ya olvidado en el tiempo.

Un alma oscura deambula nuevamente por este mundo en búsca de sus preciadas respuestas, continuando un juego que lleva en pausa siglos y del cual muchos aún no saben que serán partícipes.