Delirios

Cáncer

Después de la triste despedida por parte de la Dr. Montemayor, Frank se quedó algo triste, creyendo que en parte era su culpa, la razón del porque ella se iba unas semanas de la ciudad, aunque esto no era así, ella no mentía al decirle que iría a cuidar a su padre, el cual se había puesto gravemente mal de salud, necesitaba apoyo urgente y un buen hospital que lo atendiera. Así que, en esta ocasión, ella tenía que dejar el amor de lado y dedicarse por completo a sus dos padres, que se sentían destrozados por lo que estaba pasando en el consultorio “Vidas Felices” de Acapulco, lugar en el que estaba siendo revelado el estado de salud de Margarito Montemayor, quien era atendido por Eulalio Gutiérrez, el médico de cabecera, quien era un hombre de 60 años de edad, conocido y amigo desde hace años de la familia Montemayor, quien era un gran doctor, excelente persona y como un mejor amigo de Daniela. 

Se encuentra Daniela y el Dr. Gutiérrez hablando en privado sobre la situación del padre de ella, donde se decían que: 

- Como te iba diciendo Daniela, tu padre ya no se encuentra muy bien de salud, cada vez lo veo peor... es tan trágico y doloroso lo que le está sucediendo... -Decía con pena el Dr. Gutiérrez- 

- Ya dime Eulalio, sabes que puedes hablarme de manera directa, yo podre con todo... así como lo has hecho antes-Decía de manera desesperada Daniela-  

- Esto es otra cosa, el señor Montemayor, siempre se había distinguido por ser saludable, estar lleno de vida a pesar de sus pequeños problemas, como la diabetes que se ha controlado, su corazón que se encuentra un poco dañado y ahora, me temo informarte que tu padre, tiene un cáncer de colon avanzado, está en una etapa muy difícil, donde se nos dificultara tratarlo... lo lamento tanto. 

- ¿Qué? ¿Mi padre tiene Cáncer? ¡No puedo creerlo! -Decía llorando mientras se alteraba Daniela-  

- Ni yo, esto me duele tanto como a ti... quería que tu fueras la primera en saberlo y asimilarlo... para después poder contárselo a tus padres... sé que será un golpe duro en su familia, pero juntos podrán luchar contra ello, y hacer sus últimos momentos de vida más memorables...-Decía con profundo dolor el Dr. Gutiérrez mientras le tomaba la mano a Daniela, para sujetarla como apoyo-  

- ¿Últimos momentos? ¿Cómo así? ¿Ya no le queda tanto tiempo de vida a papa?  

- No Daniela, como te digo, su Cáncer está muy avanzado, podrá tomar quimioterapias si así lo desea, pero serán inútiles... disculpa la sinceridad, pero es la verdad, tu papa ya no podrá combatir con eso, que ya no se detendrá dentro de el... esa enfermedad es un maldito animal arruina familias, he visto tantos casos como este, y muchos no logran vivir más que unos cuantos meses más. 

- Gracias por tu franqueza Eulalio, la verdad es que eso de la medicación y las quimioterapias, lo dejare en decisión de mi padre, el sabrá si decide luchar con el dolor, o resignarse e igual sufrir, sé que en ambos casos el sufrirá demasiado, pero, no lo obligare a tomar algo que yo decida, no sé qué más decirte, no me imagino vivir sin mi padre, ni mi madre sabrá que hacer sin el... -Decía preocupada Daniela mientras se secaba las lágrimas de sus ojos-  

- ¿Qué decisión optarías tu? 

-Que muera sin tener que haber sufrido los dolores del tratamiento del Cáncer, siento que lo agotaría más el recibir esos duros tratamientos que simplemente no ayudan del todo... tal vez, para él, sea mejor esperar la muerte de manera diga, siempre lo ha dicho así, que odia la medicina y no le gustan los medicamentos... jaja ay mi padre, pobre de él, tan buen hombre, que está a nada de cumplir años y ahora, la vida le trae este maldito regalo, ¡No puedo creerlo! 

- Tranquila Daniela, la vida es difícil, y lamentablemente a la gente buena le pone grandes obstáculos, pero sabremos como lidiar con esto, ¿Quieres que ya hagamos pasar a tus padres? 

- Claro Eulalio, hazlos pasar 

De esta manera, el Dr. Gutiérrez le pide a la enfermera que haga pasar al matrimonio de los Montemayor, quienes entran al consultorio con dificultad, ya que el señor Montemayor, se encontraba en silla de ruedas, la cual era encaminada por su esposa, que difícilmente lo llevaba, ya que ella también sufría diversas enfermedades que le impedían tener mucha fuerza. Al ya encontrarse todos atentos y dispuestos a escuchar, el Dr. Gutiérrez les dice:  

- Señor Margarito, gracias por seguir viniendo a sus chequeos constantes médicos, la verdad es que fueron de utilidad para encontrar lo que estaba pasando en su cuerpo, la cual es la causa de sus malestares.  

- Dígame Eulalio, ¿Qué pasa conmigo? -Preguntaba con interés Margarito-  

- Lo que pasa es algo muy fuerte, señor, usted tiene Cáncer de color, se encuentra en una etapa donde no se pueda hacer nada a respecto, lo lamento tanto. 

Margarito se queda en silencio, sin decir una sola palabra, donde solo analizaba lo que había escuchado mientras que su esposa, Loreta, comenzaba a llorar sin parar en los brazos de su hija Daniela, quien también sentía el gran peso de la tristeza, el dolor y la rabia de la situación.  

- Señor Margarito, ¿Está usted bien? -Preguntaba el doctor, mientras se acercaba a él, ya que la mirada de este hombre estaba perdida-  

Pasan unos segundos de estrés y tensión en el lugar, donde al tranquilizarse, Margarito vuelve a la normalidad y les dice a todos: 

- Estoy bien, no pasa nada conmigo y tu mujer, por favor deja de llorar que me partes el alma... ¿De qué trata mi Cáncer doctor? ¿Qué sufriré?  

- Además de los sangrados que tiene, la debilidad y las diarreas, usted cada vez ira perdiendo la fuerza, su vida s ira apagando lentamente... podemos tratar de luchar con esto con la cirugía, la quimioterapia o la radioterapia, pero son procesos algo dolorosos y costosos, que necesitan de su autorización.  

- ¿Cuándo moriré Eulalio?  

- No tenemos una fecha exacta Margarito, pero suponemos, por tu estado de salud que te quedan algunas semanas o meses, aún no está claro... tal vez si te hubieras checado el sangrado por el recto, desde que comenzó, esto se hubiera podido controlar o evitar-Decía con pena y culpa el Dr. Gutiérrez-  

- Él hubiera no existe, agradezco que me sea claro con mi situación... la verdad, es que siempre me sentí muy macho, no quería que me revisaran por esa razón que me apenaba, esos sangrados me hacían bajar mi ego, creía que me volvía menos hombre debido a ello... sé que es un pensamiento tonto y antiguo, del cual me arrepiento, pero, ni modo, ya me encuentro aquí y simplemente seguiré adelante, no tendré ningún tratamiento, ni medicamentos ni nada parecido... me entregare a la muerte con los brazos abiertos, como si fuera una vieja amiga-Dice con firmeza Margarito-  

- Pero mi amor, me dolerá ver como no te tratas-Le contesta Loreta con dolor-  

- Es la mejor decisión querida mía, no vale la pena luchar contra lo imposible, mi decisión está tomada, no pienso venir más a estos chequeos, simplemente deseo vivir mis últimos días, semanas o meses en mi playa junto a mi familia, ¿Es eso posible?  

- Claro papa, lo que tu decías-Le respondía con lágrimas en los ojos Daniela, mientras lo abrazaba-  

- Si mi amor, aunque me duela eternamente lo que estas decidiendo, aceptare que así sean tus últimos momentos-Decía Loreta mientras abrazaba a su esposo e hija-  

Se vivía un momento muy triste en el consultorio, donde se veía a una familia llena de dolor y rabia por lo que sucedía, mientras que el Dr. Gutiérrez solamente observaba esto con culpa, se sentía fatal ante esto, ya que quienes sufrían eran sus amigos cercanos, de esta manera con pena también decide unirse al gran abrazo y llorar un poco junto a ellos.  

Aquel día Domingo 28 de marzo, se marcaba un punto en las vidas de los Montemayor, que era profundamente doloroso, donde tratarían de hacer la vida de Margarito la más dichosa, el resto de tiempo de vida que le quedara; Finalmente, esta familia se fue del hospital, se dirigió a su hogar, donde se sentaron rente al mar en un gran sillón, se pusieron a llorar y gritar de forma incesable; En fin, fue una tarde difícil de desahogo, donde hubo la cercanía de esta familia al máximo, la cual nunca olvidaría y siempre les dolería este hecho.